COMENTARIO A partir de la primera descripción hecha por Enzinger y Weiss (1), otros autores (2, 3) presentaron varias series de esta misma entidad. Todos coinciden al opinar que el Fibroma nucal es una rara proliferación superficial de colágeno, que frecuentemente afecta las regiones posterior del cuello e interescapular, pero que también pueden tener otras localizaciones (4). Son masas habitualmente menores de 6 cm, pobremente circunscritas, no encapsuladas, de consistencia densa y coloración blanquecina, formadas por gruesas fibras de colágeno generalmente dispuestas al azar aunque focalmente pueden tener una disposición lobular. Se encuentran entremezclados escasos fibroblastos dispersos, así como islas de tejido adiposo maduro y nervios periféricos atrapados(1-3, 5) La inmunohistoquímica muestra positividad difusa para CD34 y CD99 (6,7), al igual que para vimentina (2, 3) que tiñe los fibroblastos y las paredes de los vasos, pero es negativa para actina (3). Clínicamente son lesiones asintomáticas, de lento crecimiento, y por tanto de larga evolución. Cuando se manifiestan lo hacen habitualmente con dolor (8). Se ha asociado frecuentemente con la diabetes (3), y en menor grado con el síndrome de Gardner (6, 9). Algunos autores (3) consideran la posibilidad de que esta entidad sea un proceso reactivo a pequeños traumas o infecciones repetidas, y su mayor prevalencia en personas diabéticas les lleva a pensar en la posibilidad de un deterioro en la normal degradación enzimática de las fibras colágenas, un impedimento en su reabsorción debido a factores mecánicos o a una alteración de su degradación por isquemias vasculares secundarias a la enfermedad. Sin embargo, otros autores (2) creen que si bien es dificil excluir la posibilidad de un proceso reactivo, la ausencia de una historia previa de traumas o infecciones, la relativa temprana edad de muchos pacientes y la frecuente localización cervicodorsal, fortalecen su consideración inicial como una entidad específica (1). El tratamiento es la excisión completa de la lesión (1, 5, 8), lo cual no siempre es posible debido a sus mal definidos márgenes, en cuyo caso puede recurrir, siendo el tratamiento correcto la reexcisión (2). El diagnóstico diferencial comprende otras entidades tumorales y pseudotumorales como el elastofibroma, que se diferencia por su localización más profunda y mayor número de fibras elásticas; el lipoma o fibrolipoma, habitualmente bien delimitados o encapsulados, con mayor cantidad de tejido graso y sin la presencia de nervios atrapados; la fibromatosis de tipo desmoide, situada a nivel más profundo, más celular y con vasos medianamente dilatados; el fibroma esclerótico cutáneo, bien delimitado, con una base localizada a nivel dérmico y formado por fibras arremolinadas de colágeno con prominentes hendiduras ocupadas por mucina; el nevus del tejido conectivo, generalmente de menor tamaño y más superficial; el fibroma colágeno o fibroblastoma desmoplásico, bien delimitado a simple vista, pero con frecuente atrapamiento de adipocitos y otras estructuras, contiene un número moderado de fibroblastos estrellados embebidos en una matriz colágena homogénea o mixocolagena; el fibroma de la vaina tendinosa, localizado generalmente en extremidades distales de pacientes jóvenes, a niveles profundos, se presenta como un nódulo de bordes lobulados unido a la superficie de un tendón (1-3, 5, 10-12). De todo lo anterior se desprende que nuestro caso muestra numerosas similitudes a nivel clínico e histológico con los encontrados en la literatura.
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