RESUMEN

El embolismo de líquido amniótico es una de las causas más importantes de muerte materna en el embarazo. Clínicamente cursa con repentina hipotensión, hipoxemia y coagulopatía. El diagnóstico generalmente es de presunción y la confirmación frecuentemente en el estudio postmorten por el hallazgo histológico de células escamosas u otros restos fetales en las venas pulmonares. Presentamos el caso de una mujer de 28 años de edad, primípara, que tras un parto normal sufre de una hemorragia uterina profusa con alteración de las pruebas de coagulación. El estudio de la pieza de histerectomía demuestra la presencia de restos del líquido amniótico en los vasos sanguíneos del itsmo y cuello uterinos. El muestreo del útero, especialmente de la porción inferior, es esencial para el diagnóstico de embolismo del líquido amniótico en casos de hemorragias copiosas postparto tratadas mediante histerectomía.

PALABRAS CLAVE

Embolism, Amniotic-Fluid-pathology, Cervix-Uteri-pathology, Ginecopatología.

INTRODUCCION

El embolismo de líquido amniótico (ELAM) es una complicación poco frecuente pero generalmente fatal del embarazo. La ELAM puede presentarse antes, durante o después del alumbramiento, aunque alrededor del 70% lo padecen durante la labor del parto (1). La mortalidad materna de las mujeres aquejadas de ELAM se encuentra entre el 61 y 86%, mientras que la fetal es del 50 al 61% (1). Esta elevada mortalidad determina que el diagnóstico histológico generalmente se realice en el estudio de autopsia mediante el hallazgo de elementos del líquido amniótico en el examen de la microvasculatura pulmonar, siendo poco habitual que se establezca en la pieza quirúrgica de histerectomía.

MATERIAL Y MÉTODOS

Una mujer de 28 años de edad, primigesta y sin antecedentes destacables, ingresa en el hospital por dinámica de parto. A las 6 horas de la hospitalización se produce el alumbramiento normal de un varón que pesa 2.600 gr con Apgar 6/8. Después del parto se produce una hemorragia vaginal profusa con rápidos signos de shock hipovolémico y alteración de las pruebas de coagulación. Dado que el sangrado no cede con las medidas terapéuticas habituales y que requiere de varias transfusiones de sangre y plasma, finalmente se realiza una histerectomía abdominal simple con taponamiento vaginal. Los valores analíticos más significativos son: hematocrito 30%, hemoglobina 10.5 gr/dL, plaquetas 65.000/mL, actividad de protrombina 48%, TTPA 40.5", fibrinógeno 162 mg/dL. Después del tratamiento quirúrgico y de las medidas de soporte efectuadas, la paciente evoluciona favorablemente con rápida mejoría clínica y analítica.
Recibimos un útero grande que medía 18 x 14 x 10 cms, con una cavidad endometrial dilatada, de paredes anfractuosas y hemorrágicas, pero sin evidencia de restos placentarios. Los cortes histológicos de la porción de itsmo y cuello uterino mostraron la presencia, dentro de algunos vasos del miometrio profundo, de coágulos sanguíneos englobando numerosas escamas córneas del líquido amniótico e incluso delicadas estructuras pilosas. Estas escamas fueron intensamente positivas en el estudio inmunohistoquímico para la queratina de amplio espectro y siempre aparecieron alojadas en el interior de vasos sanguíneos con endotelios destacados mediante el Factor VIII.

DISCUSION

Los estudios más recientes sugieren que la ELAM es consecuencia de una combinación de alteraciones hemodinámicas y de la coagulación. Las perturbaciones de tipo hemodinámico se deberían a potentes agentes vasoactivos del líquido amniótico, como la endotelina-1 (2), los leucotrienos o prostaglandinas (3), y a una probable reacción de hipersensibilidad de tipo I (anafiláctica), sugerida por el aumento de células cebadas y de productos de degranulación como la triptasa e histamina en el tejido pulmonar y en la sangre (4-5). Los trastornos de la coagulación son resultado del efecto tromboplastina-like del líquido amniótico, más intenso cuando contiene meconio (6).
En algunos casos puede que el embolismo no sea únicamente de componentes del líquido amniótico, sino que además podrían embolizar otros elementos como vellosidades placentarias, decidua o células trofoblásticas (7). En tales situaciones ha de plantearse el diagnóstico diferencial con la placenta accreta, circunstancia en la que hay vellosidades en la profundidad del miometrio, pero que no están dentro de estructuras vasculares, ni se acompañan de elementos del líquido amniótico.
Algunos trabajos destacan la importancia del examen histológico del cuello uterino en el diagnóstico del ELAM en el útero (8), lo cual coincide con nuestros hallazgos. Esta relación topográfica podría estar vinculada a los profundos cambios que experimenta el cuello uterino durante el embarazo y especialmente en el curso del parto y al aumento del calibre de los vasos sanguíneos, fundamentalmente de las venas. El intenso aumento de tensión producido por las contracciones uterinas y transmitido al cuello podría explicar el desgarro en dicha zona con la consiguiente comunicación del amnios con las venas uterinas. No obstante, pueden confluir otros factores que expliquen la mayor propensión al ELAM en condiciones como edades maternas avanzadas, en mujeres multíparas, en tamaños fetales grandes, en partos con labor complicada o con el uso de estimulantes uterinos (9). Algunas de estas condiciones podrían estar relacionadas con alteraciones en las características del tejido conjuntivo del cuello uterino que disminuirían su resistencia.

BIBLIOGRAFIA

    1. Clark SL, Hankins GD, Dudley DA, Dildy Ga, Porter TF. Amniotic fluid embolism: analysis of the national registry. Am J Obstet Gynecol 1.995, 172:1158-1167.
    2. Khong TY. Espression of endothelin-1 in amniotic fluid embolism and possible pathophysiological mechansim. Br J Obstet Gynaecol, 1998, 105(7): 802-4.
    3. Lau G. Amniotic fluid embolism as a cause of sudden maternal death. Med Sci Law, 1994, 34(3): 213-20.
    4. Fineschi V, Gambassi R, Gherardi M, Turillazzi E. The diagnosis of amniotic fluid embolism: an immunohistochemical study for the quantification of pulmonary mast cell tryptase. Int J Legal Med, 1998, 111(5): 238-43.
    5. Benson MD, Lindberg RE. Amniotic fluid embolism, anaphylaxis and tryptase. Am J Obstet Gynecol, 1996, 175: 737.
    6. Petroianu GA, Altmannsberger SH, Maleck WH, Assmus HP, Friedberg C, Bergler WF, Rufer R. Meconium and amniotic fluid embolism: effects on coagulation in pregnant mini-pigs. Crit Care Med, 1999, 27(2): 348-55.
    7. Lunetta P, Penttila A. Immunohistochemical identification of syncytiotrophoblastic cells and megakaryocytes in pulmonary vessels in a fatal case of amniotic fluid embolism. Int J Legal Med, 1996, 108(4): 210-4.
    8. Cheung AN, Luk SC. The importance of extensive sampling and examination of cervix in suspecte cases of amniotic fluid embolism. Arch Gynecol Obstet, 1994, 255(2): 101-5.
    9. Sprung J, Cheng EY, Patel S, Kampine JP. Understanding and management of amniotic fluid embolism. J Clin Anesth, 1992, 4(3): 235-40.

ICONOGRAFÍA

Figura 1- Embolismo de líquido amniótico en vena uterina (HE, 40x).

Figura 2- Embolismo de líquido amniótico en venas uterinas profundas (Tricrómico de Masson, 40x).

Figura 3- ELAM con estructura pilosa alojada en el interior de un coágulo en venas uterinas profundas (HE, 200x).

Figura 4- Escamas córneas en el coágulo (HE, 400x).

Figura 5- Material córneo en el coágulo (detalle de la pared venosa y del miometrio adyacente) (HE, 400x).

Figura 6- Factor VIII positivo en el endotelio venoso (200x).

Figura 7- Escamas córneas en el interior de una vena uterina positivas para las queratinas (100x).

Figura 8- Detalle de las escamas córneas positivas para las queratinas (400x).