RESUMEN

Introducción
La sarcoidosis es una enfermedad extensamente distribuida en el mundo, morfológicamente granulomatosa y con manifestasiones clínicas sistémicas. Su etiopatogenia aún no ha podido ser aclarada. Presenta una histopatología común a muchas enfermedades, las cuales deben ser excluidas antes de arribar a la conclusión diagnóstica de sarcoidosis(diagnóstico morfológico de exclusión). El hecho que casi cualquier órgano puede estar comprometido, crea también diagnósticos diferenciales a nivel clínico
Objetivos
Nuestro objetivo es comunicar un caso de sarcoidosis cutánea con compromiso pulmonar, planteando las dificultades que existieron para arribar al diagnóstico de la enfermedad y discutiendo la metodología empleada a tal fin. Se hace además una revisión bibliográfica general.
Caso clínico
Se presenta la historia de una paciente de 47 años de edad, con sarcoidosis cutánea predominantemente facial y compromiso pulmonar, que recién después de dos años y medio de la primera consulta, obtuvo un diagnóstico definitivo.
Material y método
Los estudios complementarios que se realizaron incluyeron radiografia y tomografía computarizada, ambas de torax. Además se hizo ecografía abdominal. El material de tres biopsias (perfomadas en el lapso de dos años) fué estudiado con el método convencional de inclusión en parafina y tinción con hematoxilina y eosina, complementándose con coloraciones para hongos y bacilos ácido-alcohol resistentes. Se empleó además luz polarizada para descartar cuerpos extraños.
Resultados
Tanto la radiografia como la tomografía computarizada, mostraron imágenes reticulo- nodulillares difusas en ambos campos pulmonares. La ecografía abdominal reveló adenopatías retroperitoneales. El estudio histopatológico de la piel dejó ver granulomas no caseificantes en toda la dermis.
Conclusión
La sarcoidosis es una enfermedad que se diagnostica por exclusión. Deben tenerse en cuenta muchas enfermedades antes de arribar al diagnóstico de sarcoidosis, tanto desde el punto de vista clínico como morfológico. En este caso, la morfología sumada a la clínica permitió diagnosticar la enfermedad.

PALABRAS CLAVE

Dermatopatología--Trastorno sistémico-- Enfermedad granulomatosa--Diagnóstico de exclusión

INTRODUCCION

La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa sistémica, de etiología desconocida, cuyo diagnóstico histopatológico es de exclusión(1, 2, 3). Esta patología tiene amplia distribución mundial. Afecta globalmente algo más a mujeres que a hombres, ubicándose su máxima incidencia entre los 20 y los 40 años(puede también darse en niños). Presenta un fuerte predominio en la raza negra de EE UU(diez veces más común que en la raza blanca). La cantidad de individuos afectados varía de un país a otro, oscilando entre 11 a 600 casos por cada 100.000 personas. En Suecia es muy frecuente, mientras que en China y sudeste de Asia es casi desconocida(4, 5, 6).
Hasta el momento no ha sido posible identificar el agente o los agentes etiológicos de la enfermedad. Tampoco se ha podido determinar con certeza su patogenia. En base a observaciones de muestras de tejidos con granulomas, se ha propuesto, como base de esta patología, una disociación inmunológica entre las respuestas periféricas y locales de los linfocitos T(4). En los granulomas es factible encontrar linfocitos T cooperadores con signos de activación(7).
La sarcoidosis se caracteriza morfológicamente por la presencia de granulomas no caseificantes. En ocasiones pueden verse otros elementos, aunque no patognomónicos, como los cuerpos asteroides y los cuerpos de Schaumann(3). Los primeros están formados por colágeno con periodicidad típica de 64nm a 70nm. Aparentemente, el colágeno queda atrapado entre la células epiteliodes durante el estadio de formación de las células gigantes. Los cuerpos de Schaumann se originarían a partir de cuerpos residuales de los lisosomas(8).
Casi cualquier órgano de la economía puede estar comprometido por esta entidad nosológica. El pulmón y los ganglios linfáticos mediastínicos presentan manifestaciones radiológicas en el 90% de los casos(4).
La piel se ve afectada en un cuarto de los pacientes con sarcoidosis sistémica(9). Por otra parte, las lesiones cutáneas son las únicas expresiones de sarcoidosis en en el 25% de los pacientes vistos en los departamentos de dermatología(10,11). La presentación clínica del compromiso tegumentario es muy variada, observándose máculas, pápulas, placas o nódulos, en cualquier parte de la piel. El color de las lesiones puede ser rojo, púrpura o pardo, según el estadio en que se encuentren(5). A veces recuerdan a las de otras enfermedades cutáneas como el liquen plano(12) y el lupus eritematoso sistémico(13). Hay que mencionar también, la rara afectación del tejido celular subcutáneo, especialmente en forma de nódulos, acompañados o no de lesiones cutáneas(14-16).
En ocasiones, la sarcoidosis cursa en forma asintomática y es descubierta incidentalmente en una radiografía de torax de rutina o en el material obtenido de una autopsia(4,5). En otros casos, comienza con síntomas inespecíficos como fiebre, decaimiento general, artralgias y adenopatías periféricas. Puede también manifestarse con síntomas provenientes de cualquiera de los sistemas afectados(pulmón, piel, ojos, etc.)(4). Una forma rara de aparición de la enfermedad es con eritema nodoso(sin otras lesiones cutáneas), adenopatía hiliar pulmonar y fiebre. Estos casos suelen ser de excelente pronóstico, curando espontáneamente en pocos meses(5,13).
Entre los métodos complementarios de diagnóstico, el laboratorio arroja datos que no son constantes , es decir que eventualmente pueden faltar. Lo más clásico de encontrar, aunque no necesariamente en conjunto, es hipercalcemia, hipercalciuria, hiperuricemia, leucopenia e hiperglobulinemia(4). También puede existir un aumento de la enzima de conversión de la angiotensina(17).
La gammagrafía corporal global con galio, señala el lugar más apropiado para biopsiar. El galio es captado por los granulomas pero no por la fibrosis(18,19). La biopsia pulmonar transbronquial, mediante broncoscopía con fibra óptica, se considera un método de elección para confirmar el diagnóstico de sarcoidosis sistémica(20).
El antiguo test de Kvein carece de practicidad, dada la dificultad de disponer por mucho tiempo del antígeno utilizado(3).
La sarcoidosis es usualmente una enfermedad de buen pronóstico, con una tasa de curación espontánea, después de meses o años de evolución, del 60% al 70%. Aproximadamente un 30% de los pacientes quedan con lesiones residuales fibróticas(respiratorias, oculares, etc.), pero que les permiten vivir por no ser tan intensas. La mortalidad oscila entre el 3% al 6%, encontrándose como causa más frecuente de muerte la fibrosis pulmonar, seguida de insuficiencia respiratoria y corazón pulmonar(1,4).
El uso de corticoides es útil en el control de los síntomas agudos o exacerbaciones de la enfermedad, pero no marca diferencias en la evolución de la sarcoidosis a largo plazo(5). También se pueden emplear inmuno supresores específicos(5,21). Desde hace poco tiempo se viene utilizando la melatonina con resultados prometedores(22).

CASO CLINICO

Paciente de sexo femenino, de 47 años de edad, que acude a la consulta médica por presentar lesiones maculares y papulosas en la cara (Figs. 1 y 2). Quince años antes había sufrido una mastectomía derecha por un carcinoma ductal infiltrante, con metástasis en los ganglios linfáticos axilares. El tratamiento quirúrgico fue complementado con radioterapia y quimioterapia.
Se decide biopsiar una de las lesiones faciales, obteniéndose con esto un diagnóstico histopatológico de acné rosacea papular.
En una segunda biopsia facial, realizada tres meses después de la primera, el informe patológico planteó diagnósticos diferenciales entre tuberculosis, sarcoidosis, micosis y acné rosacea.
Los exámenes de laboratorio arrojaron, como únicos datos de significación, anemia y leucocitosis moderadas.
Durante este periodo se llevó a cabo una tomografía axial computada de torax, de alta resolución. La misma mostró, fundamentalmente, un infiltrado pulmonar intersticial de tipo retículonodulillar, difuso y bilateral. En el mediastino no se descubrieron adenomegalias. Posteriormente y en el lapso de un año y medio, se efectuaron tres radiografías de torax, con un año de diferencia entre las dos primeras y de seis meses entre la segunda y la tercera. Todas ellas mostraron, en resumen, un patron retículonodulillar difuso en ambos campos pulmonares, con agrandamiento irregular de los hilios (Fig.3). Señalaron también, ausencia de la sombra mamaria derecha. Al més de la última radiografía de torax, se realizó una ecografía abdominal. La misma detectó adenopatías retroperitoneales.
Dos años después de la primera consulta y ante la persistencia de las lesiones faciales, la paciente acudió nuevamente al médico. Esta vez presentaba disnea ante esfuerzos moderados(ej. caminar a paso normal).
Se decidió entonces realizar una tercera biopsia cutánea de la cara. El diagnóstico histopatológico, apoyado por los exámenes complementarios de diagnóstico anteriomente realizados( Rx. de torax, TAC y ecografía) y luego de haber excluido morfológicamente otras patologías(tuberculosis, micosis, cuerpos extraños, etc.), se inclinó a favor de una sarcoidosis (Figs. 4 a 6).

DISCUSION

Son varias las enfermedades, infecciosas y no infecciosas, que deben ser excluidas antes de llegar a un diagnóstico morfológico de sarcoidosis. Es por esto que el patólogo, ante la presencia de granulomas, debe tener en cuenta una lista de numerosas patologías. Entre éstas se cuentan la tuberculosis, sífilis, lepra, micosis, reacciones a cuerpos extraños, acné rosacea(diagnóstico de la primera biopsia del caso que se comunica) y varias más(3,5,13). Se pueden usar coloraciones especiales para evidenciar agentes infecciosos como bacilos ácido-alcohol resistentes y hongos. El sílice y otros cuerpos extraños son posibles de individualizar aplicando luz polarizada. El mercurio y el cromo, materiales utilizados en tatuajes, se ponen de manifiesto fácilmente en los cortes teñidos con H & E. Por suerte, el berilio casi no se usa en la fabricación de tubos fluorescentes y el zirconio en la de desodorantes. Ambos son elementos capaces de provocar reacciones granulomatosas(18).
Para confirmar el diagnóstico de sarcoidosis, los hallazgos de la biopsia, luego de excluirse morfológicamente otras patologías, deben ser apoyados al menos por un signo típico resultante de la exploración clínica(5,18).
El caso que aquí se presenta, relata la historia de una paciente que durante dos años y medio, deambuló con lesiones cutáneas faciales, sin lograr que se le hiciera un diagnóstico definitivo. Esto fue a pesar de dos biopsias de piel consecutivas, de tres radiografías de torax(en el lapso de un año y medio), de una tomografia de torax y de una ecografía abdominal. Recién en la tercera biopsia(dos años y medio después de la primera consulta y la única realizada por los autores de la presente comunicación), los hallazgos de la misma fueron cotejados con los resultados de las radiografía y tomografía antes mencionadas(las imágenes obtenidas de las lesiones pulmonares en este caso, son, no sólo típicas de sarcoidosis, sino también uno de los hallazgos más frecuentes de esta enfermedad). De este modo, se llegó a la conclusión diagnóstica de sarcoidosis. Por supuesto que esto se hizo después de haber excluido otras posibilidades patológicas, usando técnicas morfológicas como coloraciones para hongos y bacilos ácido-alcohol resistentes y luz polarizada para cuerpos extraños.Llegar a un diagnóstico de sarcoidosis no es una tarea fácil. Sin embargo, si se lleva a cabo una meticulosa exclusión morfológica de patologías y si se atiende a lo obtenido con la exploración clínica, el camino hacia un diagnóstico definitivo se hace menos escabroso.Cabría por último preguntarse, si la radio y quimioterapia que recibió la paciente quince años antes, por su cancer de mama, pudieron haber alterado su estado inmunológico y contribuido de esta forma al desarrollo de la sarcoidosis.

BIBLIOGRAFIA

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FIGURAS

Fig. 1. Lesiones pápulo-eritematosas en el lado derecho de la cara y pabellón auricular.

Fig. 2. Pápulas pequeñas y redondeadas en el mentón y labio.

Fig. 3. Radiografía de torax. Imagen reticulonodulillar difusa en ambos campos pulmonares (notesé la ausencia de la sombra mamaria derecha).

Fig. 4. Lesión cutánea granulomatosa. Vista panorámica.

Fig. 5. Vista a mayor aumento donde observamos una célula gigante con dos cuerpos asteroides.

Fig. 6. Gran magnificación de la figura 5 (célula gigante con dos cuerpos asteroides)