HISTORIA CLÍNICA

Paciente de 57 años, fumador de 60 cigarrillos al día hasta hace 5 años, con exposición laboral al asbesto durante 28 años, y diagnosticado hace 10 meses de mesotelioma pleural maligno epitelial, que afecta a la región paravertebral izquierda desde D6-D7 a D10. Dos meses tras el diagnóstico presenta parestesias y pérdida de fuerza en ambos miembros inferiores, que progresa a paraparesia completa con retención urinaria. Se realiza resonancia nuclear magnética, que pone de manifiesto un proceso expansivo paravertebral izquierdo a nivel de D6 a D9 (Figura 1), que infiltra costillas, margen izquierdo de los cuerpos vertebrales citados y comprime la médula espinal a nivel metamérico D7-D8 de atrás hacia delante. Se descarta la intervención quirúrgica, comenzando tratamiento con radio y quimioterapia. Es exitus 5 meses más tarde, realizándose examen autópsico.

 

ANATOMÍA PATOLÓGICA

Macroscópicamente, se observa un importante engrosamiento de la pleura del pulmón izquierdo (Figura 2), a expensas de múltiples nódulos confluentes neoplásicos de coloración blanquecina y consistencia elástica, que infiltran por continuidad el parénquima pulmonar izquierdo, grasa pericárdica, grasa periesofágica, cayado aórtico y columna vertebral (Figura 3), protuyendo en el canal medular a nivel de D7 y D8. Se identifican nódulos metastásicos en lóbulo pulmonar inferior derecho, ganglios mediastínicos y ambas suprarrenales (Figura 4). El cayado aórtico aparece englobado por la lesión, y adherido a ella, resultando imposible separarlo de la misma (Figura 5)..
En el examen histológico (Figura 6), la neoplasia está constituida por células de aspecto cuboideo, con intenso pleomorfismo celular y atipia nuclear intensa y abundantes figuras mitóticas atípicas, que se disponen en un patrón irregular de estructuras túbulo-papilares y pequeños nidos de células tumorales dispuestos al azar. Existen amplias áreas de aspecto necrótico y hemorrágico en el interior de la neoplasia.
En el estudio inmunohistoquímico, las células tumorales presentan positividad para EMA, Vimentina y citoqueratinas de alto peso molecular (citoqueratinas 1,10,5,14) (Figura 7), siendo negativas para CEA, Ber EP-4 y Leu M-1 (CD-15); a su vez, también resultan negativas con la tinción de PAS. Con la tinción de Perls se identifican cuerpos ferruginosos ocasionales en el parénquima pulmonar adyacente a la neoplasia (Figura 8).
Al examen microscópico de los distintos nódulos metastásicos, todos ellos muestran un aspecto histológico muy similar al tumor primario. En las estructuras adyacentes a la lesión primaria, que macroscópicamente aparecían infiltradas por contigüidad, se confirma esta invasión en el examen histológico. Así, la neoplasia infiltra las vértebras, y rompe las laminillas del tejido óseo vertebral (Figura 9). Si bien el tumor no infiltra las cubiertas meníngeas medulares, la infiltración del tejido óseo vertebral le permite protuir en el canal medular y originar así las manifestaciones clínicas de compresión medular. La aorta que macroscópicamente aparecía englobada por la lesión y adherida a la misma, muestra en el examen histológico una invasión de sus capas más externas, apareciendo nidos tumorales infiltrando la adventicia en todo su espesor (Figura 10).

 

DISCUSIÓN

El mesotelioma maligno pleural difuso presenta varios patrones histológicos diferentes, de los que el más frecuente es el epitelial, seguido por el mixto y el sarcomatoso, siendo éste el más inusual y el que conlleva peor pronóstico (1). La distinción entre mesotelioma y adenocarcinoma sigue siendo la principal dificultad en el diagnóstico diferencial de esta entidad. El patrón inmunohistoquímico que presenta nuestro caso nos permite incluirlo dentro de los mesoteliomas, de acuerdo con la literatura revisada sobre el tema (2-7). Los tumores que afectan al canal espinal pueden ser primarios ó metastásicos, y se clasifican como extra ó epidurales, e intradurales, y éstos últimos como extra ó intramedulares. La mayor parte de las lesiones neoplásicas a este nivel son epidurales (50%) (8); de ellos, los más frecuentes son carcinomas metastásicos (sobre todo de mama, próstata, pulmón, tiroides y riñón), seguidos por los linfomas y el mieloma múltiple. De los tumores intradurales (40%), los más frecuentes son los meningiomas y los neurofibromas. En cuanto a los tumores intramedulares (10%), los ependimomas son los más usuales en esta localización (60-70% de los tumores intramedulares en adultos).
La particularidad que presenta el caso descrito es la infiltración de la columna vertebral, con manifestaciones clínicas de lesión medular, de la que sólo hemos podido constatar dos casos en una amplia revisión bibliográfica (9-11).
Este dato es de gran interés, tanto para el patólogo como para el clínico, ya que permite incluir al mesotelioma maligno dentro de las neoplasias a considerar en el diagnóstico diferencial ante un caso de compresión medular neoplásica.
Por otro lado, se han descrito casos en los que un mesotelioma engloba ó rodea a la aorta abdominal (12-13), pero no hemos encontrado en la literatura revisada ninguna descripción de invasión franca del cayado aórtico por un mesotelioma maligno.

 

BIBLIOGRAFÍA

    1. Adams VI, Krishnan KU, Muhm JR, Jett JR, Ilstrup DM, Bernatz PE: Diffuse Malignant Mesothelioma of Pleura: Diagnosis and Survival in 92 Cases. Cancer 58: 1540-1551, 1986.
    2. Panizo A, Lozano MD: Diagnóstico inmunohistoquímico de los mesoteliomas. Rev Esp Patol vol 32:1; 83-88, 1999
    3. Gaffey MJ, Mills SE, Swanson PE, Zarbo RJ, Shah AR, Wick MR: Immunoreactivity for Ber EP-4 in Adenocarcinomas, Adenomatoid Tumors, and Malignant Mesotheliomas. Am J Surg Pathol 16(6): 593-599, 1992.
    4. Wick MR, Loy T, Mills SE, Legier JF, Manivel JC: Malignant Epithelioid Pleural Mesothelioma Versus Peripherial Pulmonary Adenocarcinoma: A Histochemical, Ultrastructural, and Immunohistologic Study of 103 Cases. Human Pathology 21(7): 759-765, 1990.
    5. Otis CN, Carter D, Cole S, Battifora H: Immunohistochemical Evaluation of Pleural Mesothelioma and Pulmonary Adenocarcinoma: A Bi-institutional Study of 47 Cases. Am J Surg Pathol 11(6): 445-456, 1987.
    6. Battifora H, Kopinski M: Distinction of Mesothelioma From Adenocarcinoma: An Immunohistochemical Approach. Cancer 55: 1679-1685, 1985.
    7. Kung I, Thallas V, Spencer EJ, Wilson SM: Expression of Muscle Actins in Diffuse Mesotheliomas. Human Pathology 26(5): 565-570, 1995.
    8. Rosich A: Enfermedades no degenerativas de la médula espinal. En: Farreras P, Rozman A: Medicina interna (vol. II). Barcelona, Doyma, 1992; 1475-6.
    9. Steel TR, Allibone J, Revesz T, D´Arrigo C, Crockard HA: Intradural neurotropic spread of malignant mesothelioma. Case report and review of the literature. J Neurosurg 88(1): 122-125, 1998.
    10. Cooper D: Malignant mesothelioma invading the spinal canal. Postgrad Med J 50(589): 718-723, 1974.
    11. Mikhael MA, Paige ML, Thayer C: Computerized tomography of malignant pleural mesothelioma with spinal canal invasion. Comput Radiol Jan-Feb 6:1; 11-5, 1982.
    12. Yamaguchi K, Naitoh S, Namoura S: A case of malignant mesothelioma of the pleura and the peritoneum detected by sudden onset of back pain and pleural effusion and ascites. Nihon Kyobu Shikkan Gakkai Zasshi 35(9): 996-1002, 1997.
    13. Fujimoto T, Hayashi K, Matsunaga N, Mori H, Fukuda T, Takeda H, Isomoto I, Yamada K, Nagaoki K, Nagayoshi K: Radiologic Diagnosis of Pleural Mesothelioma. Nippon Igaku Hoshasen Gakkai Zasshi 49(12): 1554-1551, 1989.

 

FIGURAS

Figura 1.- Resonancia magnética nuclear: La imagen de la izquierda corresponde a una imagen anteroposterior, donde se aprecia una masa paravertebral izquierda. La imagen de la derecha muestra un corte transversal a través de un cuerpo vertebral, donde se aprecia cómo la masa invade el cuerpo de la vértebra y su pedículo izquierdo, protuyendo en el canal espinal.

Figura 2.- Engrosamiento de la pleura del pulmón izquierdo, a expensas de múltiples nódulos confluentes neoplásicos de coloración blanquecina.

Figura 3.- Corte transversal de la columna vertebral. La neoplasia (flecha) infiltra cuerpo vertebral y pedículo izquierdo, y entra en contacto con las cubiertas meníngeas de la médula espinal.

Figura 4.- Glándula suprarrenal derecha. Nódulo metastásico de coloración blanquecina en el interior de la glándula.

Figura 5.- La neoplasia (traccionada con la pinza en la imagen) engloba al cayado aórtico, al que aparece firmemente adherida. A la izquierda, aparece la cara posterolateral de la aurícula izquierda.

Figura 6.- La neoplasia está constituida por células de aspecto cuboideo, con intenso pleomorfismo celular y atipia nuclear intensa, que se disponen en un patrón irregular de estructuras túbulo-papilares y pequeños nidos de células tumorales dispuestos al azar (HE x 400).

Figura 7.- Positividad intensa y difusa de membrana en las células neoplásicas para citoqueratinas de alto peso molecular (ABC x 400).

Figura 8.- Cuerpo ferruginoso en el parénquima pulmonar adyacente a la neoplasia (tinción de Perls x 400).

Figura 9.- Panorámica de la infiltración vertebral, con laminillas óseas interrumpidas y desestructuradas por la neoplasia (HE x 40).

Figura 10.- Panorámica de la infiltración aórtica. Los nidos de células tumorales infiltran la adventicia. (HE x 40).