La enfermedad de von Hippel-Lindau (VHL) es un raro síndrome autosómico dominante (1/36000-1/40000) cuya alteración genética se localiza en el brazo corto del cromosoma 3. Su penetrancia es elevada (del 95 % a los 60 años) y su expresividad variable. Se caracteriza por una elevada predisposición a presentar tumores y quistes en múltiples órganos: riñón (carcinomas), glándula suprarrenal (feocromocitomas), retina (angiomas y hemangioblastomas), sistema nervioso central (hemangioblastomas), oído (tumores del saco endolinfático), páncreas y epidídimo (cistadenomas). Hasta el 66 % de los pacientes tendrán afectación renal y el 75 % de éstos desarrollaran un carcinoma renal bilateral. Las principales causas de muerte son la aparición de un carcinoma renal o de un hemangioblastoma cerebral (1,2).
Presentamos un caso de enfermedad de VHL y revisamos la literatura sobre la afectación renal en este contexto.
HISTORIA CLÍNICA
Varón de 51 años que consulta por hematuria. Por medio de ecografía y TAC (Figuras 1 y 2) se observó un tumor renal bilateral, que se extirpó en dos tiempos (nefrectomía total en un lado y parcial en el contralateral).
El paciente había sido operado en Suiza 20 años antes de un hemangioblastoma cerebral. En las revisiones posteriores se identificó una lesión hipofisaria estable que le ocasionó hipogonadismo secundario. Seis años antes había sido tratado de un desprendimiento de retina en otro centro. En el momento actual se está ampliando el estudio del paciente y su familia. En el esquema se resumen los antecedentes familiares.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
La pieza quirúrgica de nefrectomía parcial derecha mostraba un carcinoma renal de células claras de 4.5 cm de diámetro máximo, limitado por una gruesa pseudocápsula, en el polo superior. La neoplasia estaba confinada al parénquima renal y su grado nuclear (Fuhrman) era de 2 (Figura 3).
La pieza quirúrgica de nefrectomía total izquierda presentaba los siguientes hallazgos:
DISCUSIÓN
Los carcinomas renales en la enfermedad de VHL presentan algunas peculiaridades respecto a los casos esporádicos: (1) se desarrollan en personas más jóvenes; (2) son multifocales y bilaterales; (3) suelen ser encapsulados y quísticos; (4) tienen una histología de bajo grado y un crecimiento más lento, por lo que se ha descrito una mejor supervivencia y (5) se asocian con quistes en el parénquima renal adyacente (3-11). En los pacientes con enfemedad de VHL han sido descritos tres tipos de quistes renales (5,7,9):
No existe en el momento actual unanimindad de criterios para el seguimiento y el tratamiento de las lesiones renales en la enfermedad de VHL. En cuanto al seguimiento, la mayoría de los autores coinciden en que la exploración radiológica debe de ser anual; algunos recomiendan la TAC (12) y otros la RM (6). Una buena alternativa que ha sido propuesta es alternar cualquiera de las dos anteriores con la ecografía. Para planificar el tratamiento de los pacientes con enfermedad de VHL es imprescindible un meticuloso estudio radiológico previo (2). En los últimos años se ha propuesto la cirugía conservadora para evitar la insufieciencia renal en éstos pacientes; la nefrectomía radical se reservaría entonces para tratar aquellos tumores de mayor tamaño (más de 5 cm) (8). No obstante, no hay que olvidar que la cirugía conservadora hace imprescindible un seguimiento radiológico muy estricto para detectar precozmente los nuevos carcinomas renales que pudieran aparecer en el futuro.
En resumen, las particulares características de los carcinomas renales en la enfermedad de VHL deben de considerarse para planificar adecuadamente el tratamiento y el seguimiento de éstos pacientes. Desde otra perspectiva no hay que olvidar que la presencia de un carcinoma renal bilateral o multifocal, asociado con quistes renales, debe de sugerir la posibilidad de un síndrome de VHL.
BIBLIOGRAFÍA
Figura 1. La TAC identificó un tumor renal bilateral. |
Figura 2. La TAC identificó un tumor renal bilateral. |
Figura 3. Carcinoma renal de células claras. |
Figura 4. Quiste renal atípico. Contiene una zona de hiperplasia epitelial. |
Figura 5. Comparación entre el quiste renal atípico (derecha) y el carcinoma renal (izquierda). |
Figura 6. Comparación entre el quiste renal atípico (derecha) y el carcinoma renal (izquierda). |