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      Síndrome respiratorio agudo grave: un nuevo 
      reto para el intensivista (proteger y protegernos) 
      El SRAG constituye la primera enfermedad 
      transmisible grave descrita en el siglo XXI (1). Los primeros casos 
      surgieron en noviembre del 2002 en la provincia China de Guangdong, aunque 
      la declaración oficial no se efectuó hasta el 11 de febrero de 2003. El 
      informe hablaba de un brote de neumonía atípica en la región que afectaba 
      a 305 personas y que había causado 5 muertos. El 30% de los casos eran 
      trabajadores sanitarios. El 21 de febrero el SRAG salió de Guangdong. Un 
      médico infectado procedente de la región, se alojó en un hotel de Hong 
      Kong. Días después, algunos clientes del hotel que habían estado alojados 
      en la misma planta, propagaron la enfermedad internacionalmente, 
      originando brotes epidémicos en varios hospitales de Hong Kong, Vietnam, 
      Singapur y lugares más lejanos como Toronto. La inespecificidad de los 
      síntomas y un periodo de incubación estimado entre 2 y 10 días contribuyó 
      a un rápido incremento del número de casos, especialmente entre el 
      personal sanitario, que inicialmente no tomó medidas protectoras de barrera 
      por desconocimiento de la enfermedad. El 8 de mayo, se habían declarado 
      más de 7.000 casos probables en 30 países de 6 continentes. Previamente, el 
      15 de marzo, la OMS había declarado el SRAG como una “amenaza para la 
      salud mundial”. La mortalidad global estimada actualmente es del 14%, 
      pudiendo superar el 50% en las personas mayores de 65 años. El 17 de abril 
      se consiguió identificar el agente causal del SRAG. Se trata de un 
      coronavirus nuevo con una gran variabilidad genética que dificulta la 
      obtención de una vacuna y que despierta muchas incógnitas en cuanto a su 
      evolución epidemiológica futura. El mecanismo de transmisión predominante 
      parece ser a través de las gotas que se generan con la tos y el estornudo 
      de los enfermos infectados. El contacto con fluídos y fómites infectados 
      también pueden jugar un papel relevante en la transmisión, ya que el virus 
      puede permanecer viable en las superficies durante 24 horas. 
      Actualmente ya se dispone de una RT-PCR 
      específica con sensibilidad intermedia y de un medio de cultivo del virus 
      que permiten un diagnóstico rápido. Sin embargo no existe todavía un 
      tratamiento específico. Se han ensayado múltiples antibióticos y algunos 
      fármacos antivirales anti RNA como la ribavirina, sin resultados 
      apreciables. Este último agente se asoció con una tasa elevada de 
      complicaciones, principalmente anemia hemolítica y alteraciones 
      electrolíticas (2), que unidas a la ausencia de actividad in vitro del 
      fármaco contra el virus, hacen su uso poco recomendable hasta tener 
      resultados más concluyentes. También se han probado los corticoides 
      sistémicos en los casos de insuficiencia respiratoria grave, con algunos 
      resultados favorables anecdóticos (3). Recientemente se han publicado 
      avances importantes en la síntesis de un fármaco inhibidor de la proteasa 
      principal para la replicación del virus, que podría estar pronto 
      disponible (4). Definitivamente, el tratamiento más efectivo para el 
      control de la epidemia ha sido la prevención: las medidas de aislamiento y 
      cuarentena, y la educación sanitaria de la población. La rápida difusión 
      de información a través de internet ha contribuido significativamente al 
      estancamiento progresivo del número de casos nuevos que se observa 
      actualmente en Asia y América del Norte y la ausencia de nuevos casos en 
      Europa, África y América del Sur, que han sido muy poco afectados hasta 
      ahora. En todo caso, la vigilancia debe continuar ante la posible 
      aparición de nuevos casos locales de segunda generación (5). 
      Uno de los fenómenos relacionados con el 
      SRAG que más ansiedad ha generado en la comunidad internacional, además de 
      su rápida expansión, ha sido el hecho de que ha afectado a una gran 
      proporción de médicos y enfermeras expuestos. En dos artículos que 
      describen las características de los enfermos de SRAG hospitalizados 
      durante los brotes de Toronto (2) y Hong Kong (6), el 62% (85/138) y el 
      51% (73/144) respectivamente eran personal sanitario. La mortalidad en 
      ambas series fue muy similar 6% y 4% respectivamente. Entre los fallecidos 
      no hubo ningún sanitario. La edad avanzada y la presencia de enfermedades 
      debilitantes subyacentes delimitaron el grupo de riesgo más elevado. El 
      20-23% de los enfermos requirió ingreso en la UCI, habitualmente por 
      insuficiencia respiratoria grave. En ambas 
      series el 14% de los enfermos recibió ventilación mecánica, proporción que 
      aumentó hasta el 38% en la serie de 50 casos de Peiris et al
      (7). La indicación habitual fue la 
      aparición de un SDRA, que es un hallazgo constante en todas las autopsias 
      de los enfermos fallecidos durante los 10 primeros días de evolución de la 
      enfermedad. 
      La proporción significativa de enfermos afectos de SRAG 
      que requieren ingreso en la UCI implica un nuevo reto para el personal que 
      trabaja en este área, ya que además de proporcionarles el tratamiento de 
      apoyo habitual, tiene que protegerse de un posible contagio. Según los 
      datos disponibles, la UCI constituye un área de alto riesgo de transmisión 
      del virus por dos razones importantes. Primera: los pacientes ingresan en 
      la UCI generalmente durante la segunda semana de evolución de la 
      enfermedad, que es el momento de mayor contagiosidad en relación con una 
      elevada carga viral (8). Segunda: muchos de los procedimientos 
      habitualmente empleados como la intubación endotraqueal, broncoscopia, 
      endoscopia digestiva, ventilación mecánica no invasiva, fisioterapia 
      respiratoria, aspiración de secreciones, administración de medicación 
      nebulizada, oxigenoterapia con humidificación, etc., provocan la 
      generación de gotas y aerosoles que transmiten el virus al ambiente 
      próximo. Muy recientemente, Lapinsky y Hawryluck han publicado un artículo 
      de revisión del tratamiento del SRAG en la UCI, donde se detallan las 
      medidas que se han tomado para evitar la transmisión del virus en la UCI 
      del Mount Sinai Hospital de Toronto (9). La mayoría de estas medidas 
      (tablas 1 y 2) son de protección aérea, ocular y de contacto, comparten 
      muchas de las recomendaciones del CDC americano (10) y han sido seguidas 
      también por otros grupos (3). Entre ellas destaca la utilización de 
      respiradores purificadores como parte del equipo de protección personal (EPP) 
      para los procedimientos de alto riesgo. Estos elementos proporcionan un 
      nivel muy elevado de protección respiratoria (11). Actualmente no hay 
      evidencia de que este tipo de respiradores disminuyan el riesgo de 
      infección con respecto a las mascarillas N100 o su equivalente europeo 
      FFP3 capaces de filtrar el 99,97 de las partículas no oleosas con tamaño 
      inferior a 0,3 micras. Sin embargo, dado que estas últimas permiten que 
      hasta un 10% del aire inspirado no pase a través del filtro, es prudente 
      utilizar las primeras hasta que exista una recomendación clara al respecto 
      basada en la evidencia científica. 
      Tras la lectura del artículo mencionado 
      surge la pegunta: ¿son realmente efectivas las medidas de protección 
      propuestas hasta ahora?. En un hospital de Toronto, 9 sanitarios se 
      contagiaron de un enfermo infectado con SRAG a pesar de que aparentemente 
      cumplieron las medidas de protección establecidas (12). Todos ellos 
      declararon haber llevado puesto el EPP completo durante la estancia en la 
      habitación de aislamiento. Sin embargo, una investigación posterior 
      exhaustiva demostró graves deficiencias en el seguimiento de las normas: 6 
      de los 9 sanitarios infectados habían presenciado la intubación 
      endotraqueal del enfermo, la habitación no siempre tenía presión negativa, 
      no había una antesala para ponerse y quitarse el EPP, no se realizaba la 
      prueba de ajuste de la mascarilla, el orden en que se ponían y quitaban 
      los distintos elementos del EPP era anárquico, se utilizó ventilación 
      mecánica no invasiva para el tratamiento del enfermo y no se tomaron 
      medidas para disminuir el número de exposiciones innecesarias. 
      En un estudio también reciente de casos y 
      controles cuyo objetivo era evaluar la efectividad de las medidas de 
      protección aérea y de contacto empleadas para prevenir la transmisión 
      nosocomial de la infección (13), resultó que no se infectó ninguno de los 
      64 sanitarios que habían cumplido las 4 medidas básicas: mascarilla, 
      guantes, bata y lavado de manos, mientras que los 13 sanitarios infectados 
      habían omitido alguno de los elementos anteriores. El mayor efecto 
      protector (estadísticamente significativo) correspondió a la mascarilla, 
      siendo esencial realizar la prueba de ajuste antes de entrar en la zona de 
      aislamiento. 
      Analizando lo todo lo expuesto puede decirse 
      que “desgraciadamente el SRAG existe, pero ... afortunadamente la 
      prevención también”. Las medidas de protección son eficaces si se 
      cumplen estrictamente. Este es el motivo por el que en la mayoría de 
      las UCIs afectadas existe un miembro de la plantilla que realiza labores 
      de “policía” para garantizar que todo el personal siga el protocolo de 
      prevención adecuadamente. 
      Bibliografía: 
      
        - Communicable Disease Surveillance and Response/ 
        World Health Organization. Severe Acute Respiratory Syndrome (SARS): 
        Unmasking a new disease. WHO, Geneva  2003.
 
        - Booth CM, Matukas LM, Tomlinson GA, et al. 
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        [PDF]
 
        - So L K-Y, Lau A CW, Yam L YC, et al. Development 
        of a standard treatment protocol for severe acute respiratory síndrome.
        Lancet 2003; 361: 1615-1617.
 
        - Anand K, Ziebuhr J, Wadhwani P, et al. 
        Coronavirus Main Proteinase (3CLpro) structure: Basis for 
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        - WHO. Affected areas-severe acute respiratory 
        syndrome (SARS). 2003. [HTML]
 
        - Lee N, Hui D, Wu A, et al. 
        A major outbreak of severe acute respiratory syndrome 
        in Hong Kong. N Engl J Med 2003; 348:
        1986-1994.
 
        - Peiris JS, Lai ST, Poon LLM et al., and members 
        of the SARS Study Group. Coronavirus as a possible cause of severe acute 
        respiratory syndrome. Lancet 2003. [PDF]
 
        - Peiris JS, Chu CM, Cheng VC, et al., and members 
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        a community outbreak of coronavirus-associated SARS pneumonia: a 
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        severe acute respiratory syndrome. Intensive Care Med 2003. [HTML]
 
        - CDC. Interim Domestic Infection Control 
        Precautions for Aerosol-Generating Procedures on Patients with Severe 
        Acute Respiratory Syndrome (SARS). May 20,2003. [HTML]
 
        - Sánchez Artola B.  Protección respiratoria 
        del personal: dispositivos faciales. [REMI 2003; 3 (S2): 
        S5]. 
        REMI 2003; 3 (S2): 
        S5.
 
        - 
        
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        Ontario health care workers-SARS. Epidemiologic 
        summaries: April 26, 2003. [HTML]  
        - Seto WH, Tsang D,Yung RW, et al., and Advisors of 
        Expert SARS Group of Hospital Authority. Effectiveness of precautions 
        against droplets and contact in prevention of nosocomial transmission of 
        severe acute respiratory syndrome (SARS). Lancet 2003;
        361: 1519-1520.
 
       
      Tabla 1. Procedimientos de alto riesgo de transmisión de SRAG 
      en la UCI* 
  
    
      | 
         Tabla I. Procedimientos de alto riesgo de transmisión 
        de SRAG en la UCI 
       | 
     
    
      | 
      Procedimiento | 
      Problema | 
      Solución 
      posible | 
     
    
      | Muestras nasofaríngeas | 
      Tos | 
      Muestras nasales | 
     
    
      | Fisioterapia 
      respiratoria en pacientes no intubados | 
      Tos | 
      Restringir 
      valorando riesgo/beneficio. Mascarilla para el paciente y equipo de 
      protección para el personal sanitario | 
     
    
      | Medicación nebulizada | 
      Generación de aerosoles | 
      Evitar nebulizadores. Pueden 
      usarse dosificadores y espaciadores | 
     
    
      | Oxigenoterapia 
      con humidificación | 
      Generación de 
      aerosoles | 
      Administrar 
      oxígeno "seco" | 
     
    
      | Ventilación con bolsa y 
      mascarilla | 
      Sellado difícil. Exhalación de 
      aerosoles no filtrados | 
      Limitar al máximo. Colocar un 
      filtro (Conserve PALL 50) entre bolsa y mascarilla o la salida espiratoria 
      de la bolsa. Mascarilla desechable | 
     
    
      | Intubación | 
      Tos, agitación | 
      Sedación y 
      bloqueo neuromuscular | 
     
    
      | Aspiración de secrecciones | 
      Tos, generación de aerosoles | 
      Aspiración cerrada en línea | 
     
    
      | Ventilación no 
      invasiva | 
      Exhalación de 
      aerosoles no filtrados | 
      Evitar. 
      Intubar y ventilar mecánicamente | 
     
    
      | Desconexión de la ventilación 
      mecánica | 
      Dispersión brusca de "gotitas" y 
      aerosoles (spray) | 
      Evitar. Si es absolutamente 
      necesario desconectar, colocar previamente el respirador en "espera" | 
     
    
      | Ventilación 
      mecánica | 
      Contaminación 
      interna del aparato y contaminación ambiental por el aire espirado | 
      
      Colocar un filtro 
          (Conserve PALL 50) entre el extremo distal de la línea espiratoria y 
          su entrada en el respirador (los ventiladores modernos ya le llevan 
          incorporado) y otro a la salida del aire del respirador al medio 
          ambiente (outlet). Idealmente esta salida debería estar conectada a un 
          sistema de drenaje externo | 
     
    
      | Ventilación mecánica | 
      Contaminación interna del 
      aparato y contaminación ambiental por el aire espirado | 
        | 
     
    
      | Ventilación 
      oscilatoria de alta frecuencia | 
      Exhalación de 
      partículos no filtradas. Control deficiente de las secrecciones | 
      Evitar | 
     
    
      | *Tomado con ligeras 
      modificaciones de:  Lapinsky SE, Hawryluck L. ICU management of severe 
      acute respiratory syndrome. Intensive Care Med 2003.
      Disponible en 
      
      
      http://link.springer.de/link/service/journals/00134/contents/03/01821/ | 
     
  
 
        
  
    
      | 
         Tabla 2. Precauciones 
      para evitar el riesgo de infección en el personal sanitario de la UCI* 
       | 
     
    
      | 
       Educación del personal 
      sanitario 
      Educación sobre los 
      procedimientos de alto riesgo, precauciones y posibles alternativas. 
      
        - 
        
Reducir al mínimo el tiempo de exposición al 
        paciente. Uso efectivo del tiempo de permanencia en la habitación. 
   
        - 
        
Efectuar únicamente las entradas 
        imprescindibles para la obtención de análisis sanguíneos, administración 
        de tratamientos y solución de emergencias. 
   
        - 
        
Seguir instrucciones 
        claras de cómo vestirse y desvestirse sin contaminación. Por ejemplo, la 
        mascarilla es lo primero que se coloca y lo último que se quita, 
        mientras que los guantes es lo último que se pone y lo primero que se 
        quita. 
   
        - 
        
Nombrar un responsable 
        para vigilar el cumplimiento de las medidas preventivas establecidas 
        para evitar la diseminación de la infección. 
   
        - 
        
Autovigilancia del 
        propio estado de salud del personal sanitario. 
   
        - 
        
Mantener 
        actualizaciones periódicas sobre la evolución del SRAG.  
       
       | 
     
    
      | 
       Medidas ambientales 
      
        - 
        
Habitaciones de 
        aislamiento con presión negativa, antecámara con lavabo y puertas 
        cerradas. Si no dispone de presión negativa, se puede utilizar 
        alternativamente con un menor grado de seguridad aire acondicionado con 
        recambios frecuentes (más de 10/hora) y filtros HEPA. 
   
        - 
        
Provisión de la 
        habitación de aislamiento con material médico básico y fármacos de 
        emergencia, así como desinfectantes y soluciones desinfectantes 
        alcohólicas para el lavado de manos. 
   
        - 
        
Material de vestimenta 
        desechable disponible en la antesala: guantes quirúrgicos, batas y batas 
        impermeables, calzas, gorros, gafas y mascarillas FFP2 (N95) o mejor 
        FFP3 (N100). 
   
        - 
        
Ventanas o videocámaras 
        para la monitorización de los enfermos, con objeto de evitar la 
        exposición directa del personal sanitario. 
   
        - 
        
Limpieza cuidadosa al 
        menos una vez al día del equipamiento y de las superficies de la 
        habitación con paños desechables y lejía o detergentes con una base de 
        alcohol. Limpieza de los objetos e instrumentos inmediatamente después 
        de su uso, con lejía si no son metálicos o con alcohol al 70% si son 
        metálicos. 
   
        - 
        
Limpieza frecuente de 
        las dependencias de la UCI, especialmente puestos de control de 
        enfermería, teclados de computadores, etc. No se debe permitir  comer en 
        los puestos de enfermería.  
       
       | 
     
    
      | 
       Precauciones en cuanto a la vestimenta 
      Precauciones 
      de contacto 
      
        - 
      
 
      Traje de protección individual: 
         
       
      
        
      Prevenir la contaminación por vía aérea utilizando mascarillas, FFP2 o 
      mejor FFP3. Realizar la prueba de sellado antes de entrar en la habitación 
      del enfermo **. 
      Guantes quirúrgicos dobles. 
      Batas dobles, al menos una de ellas debe 
      ser un delantal impermeable 
      Calzas. 
      Gorros. 
      Es preferible un traje integral desechable 
      que cubra el cuello y el pelo. 
      Protección ocular con gafas desechables. 
      Cambiar el equipo de protección después de 
      ver a cada paciente con SARS. 
         
       
      
        - 
      
 No 
      se permitirá la introducción en la habitación de aislamiento de 
      bolígrafos, papel, objetos personales ni de cualquier otro tipo. Tampoco 
      se permitirá la salida de objetos de la habitación si no es en 
      contenedores de seguridad. 
  
         
        - 
      
No compartir ningún elemento del 
      equipamiento. 
  
         
        - 
      
La OMS reconoce que las medidas de 
      protección propuestas hasta ahora pueden ser insuficientes para 
      procedimientos de riesgo elevado de contaminación como la intubación endotraqueal. 
         
       
      Para los procedimientos 
      de alto riesgo se utilizará un respirador del tipo Powered air 
      purification respirator hoods 
      Procedimientos de 
      alto riesgo: 
      
        - 
        
Intubación endotraqueal  
        - 
        
Broncoscopia  
        - 
        
Endoscopia  
        - 
        
Fisioterapia respiratoria en el paciente no intubado  
        - 
        
Aspiración de secreciones  
        - 
        
Extubación  
       
       | 
     
    
      
      Transporte
      
        - 
        
Evitar el traslado del 
        paciente siempre que no sea absolutamente imprescindible. Justificar la 
        decisión en base a la relación  riesgo-beneficio.  
        - 
        
Los pacientes intubados 
        deberán llevar colocado un filtro (Conserve PALL 50) insertado entre la 
        válvula de la bolsa de reanimación y el conector del tubo endotraqueal.
          
        - 
        
Se alertará al Servicio 
        de Epidemiología.  
       
       | 
     
    
      | 
       Ventilación 
      Evitar: 
      
      Utilizar: 
      
        - 
        
Filtros en la bolsa de 
        reanimación.  
        - 
        
Dos filtros en el 
        respirador; uno de ellos entre la porción distal de la línea espiratoria 
        y su entrada en el respirador, y otro en la salida del respirador al 
        medio ambiente (exhalation OUTLET). Idealmente la salida debería estar 
        conectada a un sistema de drenaje externo.  
       
       | 
     
    
      
      Visitas
      
        - 
        
Limitar al máximo 
        posible las visitas y el personal sanitario en contacto con el paciente.  
        - 
        
Los visitantes deberán 
        llevar el traje de protección individual previamente descrito con una 
        mascarilla FFP2.  
        - 
        
El personal sanitario 
        que haya tenido contacto no protegido con un paciente con SARS deberá 
        guardar una cuarentena obligatoria de 10 dias.  
       
       | 
     
    
      | 
       *Tomado con ligeras 
      modificaciones de:  Lapinsky SE, Hawryluck L. ICU management of severe 
      acute respiratory syndrome. Intensive Care Med 2003. 
      Disponible en
      
      http://link.springer.de/link/service/journals/00134/contents/03/01821/ 
      ** Sánchez Artola B.  
      Protección respiratoria del personal: dispositivos faciales.
      [REMI 2003; 3 (S2): S5]. 
      
      http://remi.uninet.edu/2003/S2/200304S5.htm 
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      Alvaro Castellanos Ortega 
      Servicio de Medicina Intensiva 
      Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu. Junio 
      2003. 
      Palabras clave: 
      Neumonía, Síndrome respiratorio agudo grave, Prevención y control de 
      infecciones, Profilaxis. 
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