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      Avances en el control de la infección nosocomial multirresistente en
      Intensivos: desde la detección hasta la intervención 
      Artículo
      original: Álvarez-Lerma F, Gasulla M, Abad V, Pueyo MJ, Tarragó E.
      Efectividad del aislamiento de contacto en el control de bacterias
      multiresistentes en un servicio de Medicina Intensiva. Enferm Infecc
      Microbiol Clin 2002; 20: 57-63. 
      Introducción:
      Se
      considera en la actualidad fuera de toda duda la necesidad de instaurar
      programas de control epidemiológico de la flora presente en UCI, dada la
      correlación existente entre la etiología de las infecciones
      nosocomiales y la flora patógena endémica local, así como la
      sobremortalidad que conlleva el fracaso primario de la antibioterapia empírica
      iniciada. De la misma forma, parece haber acuerdo en la necesidad de
      detectar brotes epidémicos, para establecer las medidas de control
      epidemiológico pertinentes. 
      Resumen:
      Este
      estudio prospectivo tuvo por objeto detectar y definir las infecciones
      ocasionadas por patógenos multirresistentes (PM), el perfil de los
      pacientes donde asentaron y demostrar la eficacia del conjunto de medidas
      de aislamiento tomadas, encaminadas a evitar su diseminación.  Se
      realizó durante 16 meses en una UCI medicoquirúrgica de 14 camas,
      perteneciente a un hospital universitario de 450 camas, por un equipo de
      trabajo de 4 enfermeras y un médico intensivista. La arquitectura de la
      unidad está en consonancia con las recomendaciones actuales de la ESICM.
      Las medidas de aislamiento de contacto tomadas fueron las recomendadas
      por la Conselleria de Sanitat de l’Institut Catalá de la Salut. Se
      aislaron 55 pacientes de 362 ingresados (15%) durante una media de 18 días.
      La edad media fue 68 años y el SAPS II 41 puntos. La media de estancia
      previa al aislamiento fue 44 y 23 días (hospital y UCI respectivamente).
      Todos los pacientes habían recibido antibióticos previamente, y eran
      portadores de catéter venoso central y sonda de Foley. Mas de la mitad
      eran EPOC y una quinta parte diabéticos. Los PM aislados (definidos como
      la bacteria que desarrolla resistencia a una o más familias de antibióticos
      ante los que se consideraba susceptible) fueron 17 pseudomonas aeruginosa,
      17 staphylococcus aureus meticilin-resistente (MRSA), 15 stenotrophomonas
      maltophilia, 4 acinetobacter baumannii y 2 enterobacterias productoras de
      BLEAS, siendo la fuente predominante la respiratoria (87%). El 71% de los
      PM fueron nosocomiales intra-UCI, el 18% nosocomiales extra-UCI y el 11%
      comunitarios (100% MRSA). Actuaron como colonizantes el 74% de
      aislamientos (82% de MRSA y 87% de stenotrophomonas). La finalización del
      aislamiento fue a partes iguales entre fallecimiento, alta de Intensivos y
      erradicación del PM. El aislamiento más prolongado fue para pseudomonas y
      acinetobacter (21 y 23 días respectivamente). La mortalidad hospitalaria fue
      del 64% (35 pacientes), no habiendo diferencias entre PM colonizantes e
      infectantes. 
      Comentario:
      Hace
      pocos meses, una excelente revisión sobre multirresistencia en
      Intensivos, enfatizaba sobre la encrucijada de caminos que significan
      estas unidades en la dinámica del hospital. Tanto el tipo de pacientes
      (debilitados y pluri-invadidos), como la naturaleza de las maniobras terapéuticas
      que precisan (muchas veces de carácter invasor y urgente), así como la
      diversidad de profesionales implicados en su manejo diario, la procedencia
      desde otras salas del hospital (flora endógena alterada), el motivo de
      ingreso en UCI (estadío avanzado de su patología, fracaso terapéutico,
      yatrogenia, aparición evolutiva de fallas orgánicas, instrumentaciones
      frecuentes) y la política antibiótica utilizada, son motivos sobrados
      para justificar la alta incidencia de aislamientos (tanto colonizaciones
      como infecciones) de PM, precisando una respuesta, que no debe quedar solo
      en documentar el evento, sino propiciar una intervención enérgica que
      promueva la curación, impida la diseminación de la infección por el
      resto del hospital, y al mismo tiempo, entorpezca o anule las causas por
      las que apareció dicha multirresistencia. 
      Miguel
      Angel Alcalá Llorente 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu.
      Abril 2002. 
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      Palabras clave:
      Resistencia a antibióticos, Aislamiento de contacto, Prevención.
       
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