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      Las reacciones adversas a fármacos en UCI no salen gratis 
      
      
      Artículo original: Vargas E, Terleira A, Hernando F, Pérez E, 
      Cordón C, Moreno A, Pórtoles A.
      Effect of adverse drug 
      reactions on length of stay in surgical intensive care units. 
      Crit Care Med 2003; 31: 694-698. 
      
      Introducción: Las 
      reacciones adversas a fármacos (RAF) son responsables de un 
      número 
      significativo de muertes y 
      aumento del coste en pacientes hospitalizados. Sin embargo, existe poca 
      información acerca de su incidencia en UCI, donde el gran número de drogas 
      empleadas en pacientes con fallos orgánicos podría elevar el impacto de 
      las RAF. El objetivo de este estudio fue averiguar el porcentaje de RAF en 
      una UCI y su efecto sobre la estancia. 
      
      Resumen: Diseño: Estudio de cohortes prospectivo y unicéntrico. Pacientes: 401 
      enfermos postquirúrgicos ingresados en una UCI española. No se especifican 
      criterios de exclusión. Se llevó a cabo una revisión del tipo (esperada o 
      idiosincrática), gravedad (leve, moderada o grave) y relación causa-efecto 
      de acuerdo a la metodología publicada por Naranjo et al (1). Efecto 
      medido: estancia en UCI. Resultados: 37 pacientes (9,2%) tuvieron una RAF, 
      documentándose un total de 39 reacciones diferentes sobre un total de 
      3.697 prescripciones de fármacos, lo que supone un 1,1% del total. La 
      mayoría (87,2%) no fueron idiosincráticas. La sintomatología más frecuente 
      fue leve. Las drogas más frecuentemente implicadas fueron los analgésicos 
      morfina (13) dolantina (9) y metamizol -Nolotil- (7). Cinco reacciones 
      fueron graves. La estancia media en pacientes sin RAF fue de 4,34 y de 
      7,85 días en pacientes con RAF. 
      
      Comentario: El 
      estudio tiene algunos aspectos metodológicos a comentar debido a su 
      carácter observacional. No siempre es posible etiquetar como cierta una 
      relación causa-efecto con el método elaborado por los autores, aunque se 
      eliminaron las dudosas. A pesar de un riguroso control estadístico de los 
      determinantes de la estancia, no es posible excluir que todas las 
      variables de confusión (principalmente la gravedad relacionada con la 
      estancia o causalidad inversa) pudieran afectar a la validez del modelo 
      por infra o sobreajuste. Finalmente, los enfermos que se incluyeron son 
      postquirúrgicos de gravedad media. Si se hubiesen incluido enfermos 
      médicos o politraumatizados con unas puntuaciones de fracaso orgánico 
      mayor la incidencia de RAF podría haber sido superior. Hechas estas 
      apreciaciones, parece claro que las RAF constituyen un factor incremental 
      en los costes de UCI, y que probablemente este trabajo infraestime. Si se 
      tiene en cuenta que entre el 28 y el 87% de las RAF pueden prevenirse por 
      un simple ajuste de dosis (principalmente con los analgésicos), su 
      inclusión en la memoria de calidad de una UCI parece oportuna. 
      Vicente Gómez Tello 
      ©REMI, 
      
      http://remi.uninet.edu. 
      Abril 2003. 
      Enlaces: 
      
      Palabras clave:
      Reacciones adversas a 
      fármacos, Estancia, Vigilancia farmacológica, Coste. 
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