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      Revisión:
      Síndrome respiratorio agudo grave 
      Esta página ha sido actualizada con fecha: 
      
      domingo, 14 de noviembre de 2004 
      
      
      Epidemiología: 
      El SARS ("severe acute 
      respiratory syndrome"), en castellano SRAG o Síndrome Respiratorio Agudo 
      Grave es la primera enfermedad de características epidémicas de alcance 
      mundial del siglo XXI y así lo ha reconocido la Organización Mundial de la 
      Salud (OMS) en la  
      asamblea mundial celebrada el 27 de mayo en Ginebra. Esta experiencia ha 
      motivado proponer una revisión de la regulación sobre salud internacional 
      (que no se revisaba desde 1969), por considerarla inadecuada para proteger 
      al mundo contra amenazas infecciosas de estas características. Se espera 
      que se complete a partir del 2005. 
      
      Las elevadas tasas de ataque, la diseminación mundial y la 
      considerable mortalidad atribuida al SRAG  motivaron una alerta global. La 
      realidad ha superado las expectativas iniciales, habiéndose comunicado más 
      de 8.400 casos probables hasta principios de junio. 
      
      El SRAG es una enfermedad “emergente”, aparentemente 
      originada en Guangdong, China, durante el mes de noviembre de 2002, aunque 
      hasta febrero de 2003 no se había reconocido esta neumonía "atípica" como 
      una entidad nueva. Los viajes internacionales han permitido la difusión 
      mundial del síndrome, habiéndose comunicado casos en 29 países, incluido 
      el nuestro. 
      La 
      OMS anunció a principio de junio que 
      la enfermedad parece estar controlándose, aunque el desenlace es aún 
      incierto. No puede predecirse 
      el patrón evolutivo de una infección de la que se desconocen aspectos 
      epidemiológicos y patogénicos básicos y, 
      sobre todo, ¿cómo descartar que no se producirán nuevos brotes?. 
      
      
      
      Las regiones donde se ha constatado la transmisión local 
      de la neumonía atípica han sido pocas, aunque con incesantes variaciones 
      desde el inicio de la alerta. La OMS incluye en la lista, actualizada a 
      diario, las áreas donde uno o más de los casos probables de SRAG 
      comunicados han sido supuestamente adquiridos en esa localidad y las 
      retira si no se comunica ningún caso autóctono durante los últimos veinte 
      días siguientes al fallecimiento o el correcto aislamiento del último caso 
      probable añadido. En este registro han figurado Londres y Estados Unidos, 
      pero actualmente los casos se concentran en China (incluyendo Taiwan y 
      Hong Kong) y en Canadá. En el resto de los países, de momento, tiene el 
      carácter de enfermedad importada, sabiendo que en cualquier momento puede 
      cambiar esta circunstancia. 
      Entre los 
      aspectos más criticados, en cuanto a información pública se refiere, 
      destaca la confusión existente, tanto en la literatura médica como en las 
      notas de prensa, a la hora de valorar las tasas de letalidad de la 
      enfermedad. Se han citado repetidamente cifras bajas, del 4,5-5%, 
      indicando que el número de fallecidos suponía ese porcentaje del total de 
      casos declarados. Sin embargo, dichos números subestimaban claramente la 
      letalidad de la enfermedad, ya que la mitad 
      de los casos declarados (actualmente menos) se encontraban aún ingresados 
      en los hospitales, siendo su desenlace final incierto. En cambio, 
      atendiendo a los casos que habían tenido ya un desenlace (muerte o alta 
      hospitalaria), las cifras de letalidad (que aquí llamaremos letalidad 
      corregida) se doblaban. Además, la variabilidad 
      de las tasas en las distintas áreas geográficas era llamativa, siendo la 
      de Canadá y Hong Kong muy elevada (letalidad corregida superior al 
      18%) en comparación con el resto de los países que han comunicado casos, 
      dato que ha redundado en la incertidumbre sobre la veracidad de las 
      estadísticas aportadas por algunos países. 
      Aún
      no se ha informado oficialmente de ningún fallecimiento en 
      Europa, donde el último 
      
      último caso ha sido declarado en junio, en Alemania. Hasta hace poco 
      tampoco se había notificado ninguno en Estados Unidos, donde siguen 
      apareciendo casos, al parecer, importados. 
      
      Aunque, en sentido estricto, según demuestran las curvas 
      epidémicas, el crecimiento del número de casos según el momento de inicio 
      nunca ha sido exponencial, el "brote global" ha sido de proporciones 
      enormes y ha tardado en iniciar su defervescencia. Como factor agravante, 
      una gran mayoría de los pacientes son personal sanitario que ha atendido a 
      estos enfermos. En Hong 
      Kong, donde la epidemia se inició el 21 de febrero con la visita de 
      un médico chino infectado, hasta un cuarto de los pacientes son 
      facultativos y enfermeros. Se cree que el uso de los nebulizadores en el 
      paciente índice pudo ser determinante en la amplia diseminación
      intrahospitalaria en el Hospital Príncipe de 
      Gales de Hong Kong. 
      En Toronto, diversos hospitales y facultades tuvieron que ser cerrados a 
      causa del brote. Esta situación es la norma en las áreas afectadas. 
      En las últimas 
      semanas se ha producido una importante desaceleración en la declaración de 
      nuevos casos, y un aumento en la proporción de altas supervivientes, lo 
      que parece indicar que la mortalidad puede estabilizarse en torno al 10%. 
      Según datos de la OMS, los casos en 
      el epicentro del problema, China, se han reducido progresivamente desde la 
      primera semana de mayo.
      No obstante, existen muchas 
      dudas sobre la notificación de los casos, fundamentalmente, por 
      diferencias de concepto en la definición de los 
      mismos 
      y otras cuestiones que están siendo duramente criticadas por algunos
      observadores, 
      que detectan en estas estrategias un intento de evitar la alarma 
      sanitaria. Los cambios en la definición de los 
      casos de SRAG en China desde hace unas semanas han hecho que se disminuyan 
      de tal forma los casos notificados que incluso mejore la tendencia del 
      resto del mundo, lo que es altamente sospechoso. 
      Las voces críticas subrayan que es difícil que este 
      control tan rápido pueda darse en realidad. 
      Las 
      autoridades de Taiwan anunciaron el 8 de junio la aparición de un nuevo 
      brote en el Hospital Yang Ming de Taipei, después de tres días 
      consecutivos sin detectarse nuevas infecciones. Una vez más, los nuevos 
      casos se han producido entre el personal sanitario. 
      
      Otra 
      sorpresa 
      desagradable vino con
      la reintroducción de 
      Toronto entre las áreas afectadas a los pocos días de 
      su retirada prematura, el
      14 de mayo. El 26 de mayo de 2003 se comunicó un nuevo 
      brote, al que se le adjudicó un nivel B de transmisión local (es decir, 
      que el caso índice ha provocado más de una generación de casos locales 
      probables). Además, se han notificado nuevas muertes. Sin embargo, y 
      después de la polémica por las quejas de las autoridades de Toronto a las 
      restricciones, debido a las consecuencias económicas, la OMS no ha 
      recomendado 
      ninguna restricción para viajar a Toronto, esta vez. Recordemos que el 
      23 de abril sí se aconsejaron estas limitaciones y se levantaron el 30 de 
      abril, tras la presión ejercida por el gobierno canadiense.
      Aunque sabemos que los 
      viajes internacionales han sido un elemento capital en la diseminación 
      mundial del SRAG, la OMS señala que la inclusión en la lista de 
      transmisión local no implica que deban recomendarse restricciones en 
      cuanto a viajes (por ahora sólo se indican para las zonas con transmisión 
      de tipo A), pero sí incide en la necesidad de examinar a quienes se 
      dispongan a viajar desde áreas con un patrón de transmisión B o C ¿?. La 
      OMS y las autoridades canadienses aclaran que las guías se adecuan a la 
      magnitud y la tendencia dinámica de los brotes. 
      Hay 
      inquietud sobre la idoneidad de los sistema de vigilancia epidemiológica 
      actuales y no únicamente en lo que concierne a China; también se han 
      realizado objeciones desde 
      Canadá. 
      
      La OMS no establece norma alguna para la limitación de 
      productos importados procedentes de las zonas afectadas, a pesar de 
      desconocerse el reservorio de la enfermedad. Parece como si las 
      consideraciones económicas estuvieran teniendo un fuerte impacto en la 
      flexibilidad de las recomendaciones. 
      Este 
      segundo brote surgido en Toronto seguía sin control a día de hoy, pese a 
      las afirmaciones optimistas de las autoridades canadienses y tras aumentar 
      considerablemente el número de víctimas mortales. Más de 400 personas, 
      entre médicos, enfermeros y sanitarios, se pusieron en aislamiento ante la 
      posibilidad de haber estado en contacto con el virus. 
      
      El rEl resurgimiento en 
      Toronto demuestra lo complicado que puede llegar a ser controlar una 
      enfermedad de la que aún no se conocen exactamente sus características 
      clínicas y epidemiológicas. Ante las previsiones optimistas, a fecha de 
      hoy, se impone la prudencia. Hemos de ser cautos en la interpretación de 
      la tendencia en China, donde aún es un problema el SRAG. Los siguientes 
      meses serán cruciales para comprobar si somos capaces de controlar el SRAG 
      mundialmente, por lo que hay que mantener un extraordinario nivel de 
      alerta: China es lo suficientemente grande y permeable a los viajes y 
      migraciones como para seguir siendo fuente de brotes y de diseminación 
      mundial. 
      En la 
      propagación inicial de la enfermedad ha podido ser determinante el papel 
      de los denominados "superdiseminadores" (superspreaders). Estos 
      pacientes fueron diagnosticados de neumonía atípica, sin tenerse aún 
      conocimiento de que se trataba de un nuevo síndrome, por lo que no se 
      tomaron las medidas epidemiológicas pertinentes. También lógicamente, la 
      dilación en adoptar las mediadas de contención adecuadas en algunas 
      regiones de China y la reticencia a una comunicación transparente. 
      
      Etiología: 
      
      Desde febrero, se investigó una amplia lista de patógenos, 
      incluyendo adenovirus, virus influenza y
      parainfluenza, virus 
      sincitial respiratorio, Legionella
      spp., Chlamydia spp.
      y Mycoplasma spp. Inicialmente se pensó 
      que la causa podía ser un paramixovirus. 
      Posteriormente, se comprobó que el agente etiológico causal, bien como 
      causa suficiente o como cofactor necesario para el desarrollo de la 
      enfermedad, era un virus con homología con 
      Coronaviridae. Peiris et al, 
      tras investigar 50 casos retrospectivamente encontraron evidencia 
      serológica de infección por coronavirus en 45 
      y lo aislaron en cultivo de las muestras respiratorias de 2 de ellos, sin 
      encontrarlo en ninguno de los controles (80 pacientes con otras 
      enfermedades, respiratorias o no, y 200 voluntarios sanos), ni hallar 
      coinfección por un metapneumovirus. El 
      análisis mediante RT-PCR, la secuenciación de los fragmentos de ADN 
      previamente extraídos y el estudio filogenético, mostraron que estaba 
      relacionado con el grupo coronavirus II, 
      aunque se trataba de un virus no conocido hasta ahora. 
      Una vez 
      lograda la 
      secuenciación completa del genoma de este SRAG-virus (Cepa Urbani), se 
      confirmó la hipótesis previa de que es un coronavirus "nuevo". El 16 de 
      abril de 2003, la OMS anunció como definitivamente confirmado que un nuevo 
      patógeno, un miembro de la familia de los coronavirus nunca visto antes en 
      humanos, es la causa del SRAG. 
      
      Clínica: 
      
      La vía de adquisición propuesta inicialmente es el 
      contacto directo con secreciones respiratorias y posiblemente con fluidos 
      corporales de pacientes afectados. La importantísima tasa de ataque de la 
      enfermedad, a pesar de las notables medidas de contención epidemiológica 
      tomadas, hizo sospechar un mecanismo indirecto (transmisión aérea o quizá
      feco-oral), posibilidad que de momento no se 
      ha confirmado. 
      Se 
      infraestiman los brotes acontecidos en aviones donde el contagio podría 
      haber sido más plausiblemente por vía aérea, así como la adquisición en 
      las instituciones hospitalarias bien constatadas epidemiológicamente en 
      Hong Kong y Toronto y en otras concentraciones humanas. 
      La
      patogenia no está aclarada. La grave respuesta 
      inflamatoria sistémica desencadenada que lleva a los enfermos al distrés 
      respiratorio sugiere un componente inmunopatológico, 
      lo que podría explicar la respuesta (si es que ésta puede corroborarse de 
      forma inequívoca) a los esteroides. Los hallazgos histopatológicos son 
      superponibles a los del Síndrome de Dificultad ("distrés") Respiratoria 
      del Adulto (SDRA) clásico: daño alveolar difuso, con edema y membranas 
      hialinas en las fases iniciales y exudados celulares 
      fibromixoides en la fase de organización. 
      El período de 
      incubación es corto, de 2 a 7 días (media de 2 a 11 días, aunque en el 
      reciente brote en Canadá se ha descrito un caso con 12 días). Tras 5 días 
      desde el inicio de los síntomas los pacientes requieren asistencia 
      hospitalaria. Comienzan bruscamente con fiebre elevada, escalofríos y 
      disnea, como síntomas principales. La tos improductiva y las mialgias 
      aparecen en más de la mitad de los enfermos. Menos de la cuarta parte de 
      los afectados tienen síntomas del tracto respiratorio superior, como
      rinorrea y faringodinia. 
      Algunos (alrededor del 20%) sufren diarrea 
      acuosa y anorexia. Otros síntomas posibles son: cefalea, síndrome
      confusional y exantema. Como en otras 
      neumonías “atípicas” existe una importante disociación 
      clínico-exploratoria. Menos del 40% de los pacientes en quienes se 
      detectan infiltrados radiográficos tienen una auscultación pulmonar 
      llamativa. La aparición de infiltrados pulmonares uni 
      o bilaterales, intersticiales o no, es precoz, estando presentes en 
      algunos pacientes antes de la aparición de la disnea. En los pacientes más 
      graves los infiltrados son bilaterales desde el principio y progresan 
      rápidamente desde las bases. La linfopenia 
      (que aparece hasta en el 70% de los casos), la 
      trombocitopenia y el aumento moderado de los niveles séricos de
      alanina aminotransferasa 
      y de creatina 
      fosfoquinasa son habituales. Lo más llamativo es los altos 
      requerimientos de oxígeno que estos pacientes tienen, sin que padezcan 
      enfermedades pulmonares o cardíacas previas. 
      La evolución 
      de los enfermos que han necesitado ser atendidos en unidades de cuidados 
      intensivos (UCI) tiene típicamente un curso bifásico. La primera fase de 
      la enfermedad es “relativamente” benigna, apareciendo, a los 3 o 4 días 
      del inicio de los síntomas, las alteraciones radiográficas. Algunos días 
      más tarde los pacientes empeoran, requiriendo muchos de ellos altas 
      concentraciones de oxígeno y desarrollando finalmente distrés. 
      Lee et al.
      han estudiado una cohorte de 138 casos 
      secundarios y terciarios. En el análisis univariante 
      de los datos han apreciado que los factores 
      predictivos de evolución desfavorable, admisión en UCI y muerte 
      son: la edad avanzada, el género masculino, una concentración sérica al 
      ingreso y una concentración máxima de lactato 
      deshidrogenasa (LDH) elevadas, una concentración sérica máxima de
      creatina fosfoquinasa 
      alta, una cifra absoluta de neutrófilos  
      inicialmente elevada y la hiponatremia. Los 
      autores añaden que la existencia de comorbilidad 
      no se asocia estadísticamente a un peor pronóstico. En el análisis
      multivariante, los únicos datos relacionados 
      con la mala evolución fueron la edad, los niveles de LDH y la
      neutrofilia. Los contactos familiares de los 
      enfermos generalmente también evolucionan peor, lo que se explicaría por 
      la exposición más prolongada al caso primario y la adquisición de un 
      inóculo mayor. 
      
      Definiciones de caso de la OMS para la 
      vigilancia del SRAG: 
      (revisadas el 1 de mayo de 2003 por la OMS) 
      
        
          | 
           Caso sospechoso  | 
         
        
          | 
          Una persona que posteriormente al 1 de 
          noviembre de 2002 (a) tenga: | 
         
        
          
          
            - Fiebre de más de 38ºC, Y
 
            - Tos o disnea, Y
 
            - Uno o más de los siguientes rasgos 
            epidemiológicos, durante los 10 días previos al inicio de los 
            síntomas:
 
           
           | 
         
        
          
          
            - Contacto estrecho (b) con un caso 
            sospechoso o probable de SRAG.
 
            - Viaje a una de las áreas con 
            transmisión local reciente de SRAG (c).
 
            - Residencia en un área con 
            transmisión local reciente de SRAG.
 
           
           | 
         
        
          | 
          Una persona con 
          enfermedad respiratoria aguda que fallezca posteriormente al 1 de 
          noviembre de 2002 y a quien no se haya realizado autopsia, que tenga: | 
         
        
          
          
            - Uno o más de los 
            siguientes riesgos epidemiológicos, durante los 10 días previos al 
            inicio de los síntomas:
 
           
           | 
         
        
          
          
            - Contacto estrecho (b) con un caso 
            sospechoso o probable de SRAG.
 
            - Viaje a una de las áreas con 
            transmisión local reciente de SRAG (c).
 
            - Residencia en un área con 
            transmisión local reciente de SRAG.
 
           
           | 
         
        
          | 
          Caso probable | 
         
        
          
          
            - Un 
            caso sospechoso con infiltrados radiográficos compatibles con 
            neumonía o con síndrome de distrés respiratorio.
 
            - Un caso sospechoso 
            de SRAG, que es positivo para SRAG-coronavirus por uno o más métodos 
            microbiológicos.
 
            - Un 
            caso sospechoso con hallazgos en autopsia, compatibles con síndrome 
            de distrés respiratorio, sin que exista una causa identificable para 
            el mismo.
 
  
           
           | 
         
        
          | 
           (a) El 
          período de vigilancia se retrotrae hasta el 1 de noviembre de 
          2002 para incluir los casos que fueron inicialmente declarados en 
          China como neumonía atípica. La transmisión internacional del SRAG fue 
          notificada por primera vez en marzo de 2003, correspondiendo a casos 
          surgidos en febrero de 2003.  | 
         
        
          | 
          
          (b) Contacto estrecho:
          haber cuidado o haber vivido con una persona que sea caso 
          sospechoso o probable de SRAG o haber entrado en contacto directo con 
          las secreciones respiratorias o los fluidos corporales de dicha 
          persona. | 
         
        
          | 
           
          
          c) Áreas con transmisión local reciente: 
          aquéllas donde las autoridades locales están comunicando uno o más 
          casos probables de SRAG, aparentemente adquiridos localmente, durante 
          los 20 días 
          posteriores al falleciemiento o al aislamiento correcto del último 
          caso notificado con anterioridad.
          
          Canadá (Toronto) 
          
          y China (Beijing, Guangdong, Hebei, Hong
          Kong, Hubei, Jilin, Jiangsu,
          Mongolia 
          interior, Shanxi, Shaanxi, Tianjin, 
          Taiwan). 
             | 
         
        
          | 
          Patrones 
          de transmisión local: | 
         
        
          | 
           
          
          
           
          Patrón A 
          
          
          Caso/s 
          probable/s importado/s de SRAG han producido sólo una generación de 
          casos locales probables y todos han tenido contacto directo con el/los 
          caso/s importado/s. 
          
          
           
          Patrón B 
          
          
          Más de una 
          generación de casos probables de SRAG, pero sólo entre personas 
          previamente identificadas y seguidas como contactos conocidos de casos 
          probables de SRAG. 
          
          
           
          Patrón C 
          
          
          Casos 
          probables locales entre personas que no hayan sido identificadas 
          previamente como contactos conocidos de casos de SRAG. 
          
          
           
          Patrón incierto 
          
          
          No hay 
          información suficiente para especificar las áreas o la extensión de la 
          transmisión local. 
             | 
         
        
          | 
          Caso excluído | 
         
        
          | 
          
          Cualquier paciente para el que existe un diagnóstico alternativo que 
          explique completamente su enfermedad.    | 
         
        
          | 
          Casos reclasificados | 
         
        
          
          El SRAG 
          es un diagnóstico de exclusión. Los casos notificados pueden variar en 
          el tiempo:
            - 
            
            Un 
            caso inicialmente clasificado como sospechoso o probable, para quien 
            exista un diagnóstico alternativo que explique completamente su 
            enfermedad, debe ser descartado.  
            - 
            
            Un 
            caso sospechoso que tras ser investigado, cumple la definición de 
            caso probable, debe ser reclasificado como tal.  
            - 
            
            Un 
            caso sospechoso con una radiografía de tórax normal debe ser tratado 
            y controlado durante siete días. Aquellos que no evolucionen 
            favorablemente serán reevaluados 
            radiográficamente.  
            - 
            
            Un 
            caso sospechoso con evolución favorable pero sin diagnóstico 
            alternativo para su enfermedad, debe seguir considerándose como 
            sospechoso.  
            - 
            
            Un 
            caso sospechoso que fallezca y no se le practique autopsia, seguirá 
            considerándose como sospechoso. Si el caso es identificado como 
            parte de la cadena de transmisión del SRAG, será reclasificado como 
            probable.  
            - 
            
            Si se 
            realiza una autopsia y no hay evidencia patológica de síndrome de 
            distrés respiratorio, el caso será descartado.  
           
           | 
         
       
      
      Se ha propuesto 
      que la denominación de la enfermedad debe ampliarse.
      Los Centers for
      Disease Control and
      Prevention (CDC) publicaron el 5 de junio sus 
      nuevas
      
      definiciones, adoptando esta tendencia. De esta forma, 
      el SRAG correspondería a la definición de caso 
      probable
      actual. Habría otras tres posibilidades, que 
      de manera preliminar, son: el
      Síndrome Respiratorio Agudo Moderado 
      (SRAM), 
      que sería el caso 
      sospechoso, es decir, con síntomas, pero sin neumonía,
      cuya
      mortalidad 
      es nula; el Síndrome Respiratorio 
      Agudo Leve (SRAL) 
      y la Infección Asintomática por el 
      Coronavirus del SRAG (IA-SRAG-CoV).
      Las características de los 
      dos últimos
      grupos no están claras.
      Sin embargo, se necesitan series de 
      pacientes más amplias para poder aclarar el perfil clínico del SRAG. De 
      todos modos faltan datos sobre la transmisión y la cadena epidemiológica 
      en los grupos que no entran en la definición de SRAG. Se  argumenta que 
      sin las pruebas pertinentes para realizar un seguimiento adecuado es 
      previsible que se comuniquen cada vez más casos esporádicos. De hecho, de 
      momento, se cree que el caso índice de este nuevo brote en Toronto es un 
      caso esporádico. 
      
      Diagnóstico: 
      Se están 
      haciendo grandes esfuerzos por encontrar un método diagnóstico precoz. La 
      detección de anticuerpos mediante ELISA sólo es 
      posible veinte días después del inicio de los síntomas. La
      inmunofluorescencia indirecta permite 
      detectarlos unos 10 días desde el inicio de la enfermedad. La 
      amplificación mediante RT-PCR específica es algo más rápida, pero no es lo 
      suficientemente sensible; la duración de la viremia y de la excreción 
      respiratoria es desconocida y la detección en la fase de convalecencia 
      puede ser negativa. El grupo de trabajo de la OMS está investigando 
      intensamente para mejorar los iniciadores (primers) y los 
      protocolos de PCR para poder aumentar la sensibilidad. Hasta ahora esta 
      técnica es un complemento, siendo el diagnóstico rutinario exclusivamente 
      clínico, siguiendo las definiciones para “caso” y 
      “caso probable” de la OMS, y también las de los CDC. Sin embargo, el Instituto de Medicina 
      Tropical Bernhard-Nocht de Hamburgo ha comunicado que en breve se 
      dispondrá de un kit de PCR desarrollado por este centro, que 
      permitirá reducir la complejidad y el tiempo del proceso de amplificación, 
      además, de forma gratuita. 
      Por motivos 
      epidemiológicos se están llevando a cabo determinaciones del SRAG-CoV en 
      todos los casos y sus contactos, así como serología en la población en 
      general. Los resultados positivos, aún con antecedente epidemiológico, en 
      pacientes asintomáticos no son considerados como casos.
      La correspondencia 
      de los patrones clínicos (grave, moderado y 
      asintomático) de los
      pacientes canadienses
      con 
      la positividad de la PCR (considerándose como muy específica 
      para el SARS-CoV), 
      parece indicar que la transmisión del virus es muy importante, mayor que 
      lo que podemos deducir con la actual definición de SRAG como caso 
      probable. 
      De hecho, se estima que
      todas
      las muestras darían 
      un resultado positivo si su 
      extracción se 
      realizara en el momento idóneo (que 
      aún desconocemos). 
      Queda por comprobar si todos estos 
      pacientes 
      desarrollan anticuerpos a los
      21 días 
      del inicio de la clínica. 
      
      Tratamiento: 
      El 
      tratamiento, inicialmente recomendado en China era añadir, a un
      betalactámico y un 
      macrólido (o bien a la monoterapia con
      fluorquinolona de tercera generación), la 
      combinación de ribavirina y esteroides. La
      ribavirina se administra a dosis de 8 mg/kg 
      cada 8 horas, por vía intravenosa, o de 1.200 mg cada 12 horas, por 
      vía oral, durante 7 o 14 días. La dosis de hidrocortisona es 2 mg/kg 
      cada 6 horas o 4 mg/kg cada 8 horas, 
      intravenosa, con disminución progresiva una vez obtenida la mejoría 
      clínica. En los pacientes más graves, se comenzaba con
      metilprednisolona endovenosa, 10 mg/kg/día, 
      los dos primeros días. Los Centers
      for Disease 
      Control and Prevention 
      (CDC) y las autoridades canadienses se mostraron siempre reticentes a la 
      recomendación sistemática de la ribavirina. Es 
      un fármaco con efectos secundarios considerables y los datos de 
      sensibilidad in vitro, indican que las concentraciones habituales 
      de este antivírico que inhiben los virus 
      sensibles no impiden la replicación ni la diseminación intercelular del 
      SRAG-CoV. Otros antivirales, como el oseltamivir se han utilizado 
      sin éxito. La actitud terapéutica esencial es la de mantener las medidas 
      de soporte propias del "distrés", pareciendo razonable adoptar la 
      estrategia de ventilación protectora. 
      
      El 19 de mayo se celebró un simposio en la 
      New York Academy of Sciences, donde se debatieron las posibilidades 
      de tratamiento específico y de vacunas frente al SRAG. Parece que 
      con los péptidos inhibidores de la fusión que pueden impedir la entrada y 
      la replicación intracelular se han obtenido resultados in vitro 
      prometedores. De los 12 ensayados, 5 tienen actividad antiviral 
      importante, no son tóxicos y parecen ser específicos para este virus (no 
      bloquean la fusión del VIH). Pero aún falta por comprobar su seguridad. 
      También se está trabajando con vectores (adenovirus) dirigidos contra la 
      glucoproteína de superficie del SRAG, utilizando una tecnología similar a 
      la empleada en la investigación sobre VIH, dengue y malaria. Todos estos 
      datos son preliminares. 
      No parece que se puedan obtener conclusiones de forma inmediata. 
      Además las vacunas no estarían disponibles, al menos hasta dentro de 5 o 6 
      años. 
      Las únicas 
      medidas preventivas disponibles, por ahora, son las inespecíficas: 
      aislamiento respiratorio y de contacto estricto de los casos y cuarentena 
      de los contactos. 
      
      
      
      (Más) Incertidumbres: 
      
      Tras meses de investigación continua, muchas de las 
      incógnitas que nos planteábamos al inicio de la alerta siguen pendientes y 
      se han añadido otras: ¿de dónde procede el SRAG-CoV? ¿existen reservorios 
      no humanos y cuáles son? ¿hay uno o varios mecanismos de transmisión 
      directa y qué importancia tienen? ¿cuál es el 
      papel exacto de los llamados “superdiseminadores” 
      del virus? ¿se trata únicamente de pacientes en quienes no se tomaron las 
      medidas de contención epidemiológica adecuadas? ¿cuál es el perfil clínico 
      exacto de la enfermedad? ¿qué sucede con los 
      portadores "asintomáticos"? ¿cómo evitar que estos puedan diseminar la 
      infección? ¿por qué las tasas de mortalidad son 
      tan dispares entre las regiones afectadas? ¿puede 
      atribuirse tanto el desarrollo de la enfermedad como el exceso de 
      mortalidad de ciertos pacientes únicamente a la edad más avanzada de los 
      mismos, a un mayor inóculo por un contacto directo prolongado, a una 
      predisposición genética…? ¿tendría importancia 
      la infección previa por otros microorganismos “atípicos”, como
      Chlamydia pneumoniae, teniendo 
      en cuenta la elevada seroprevalencia (superior 
      al 70%) en habitantes canadienses asintomáticos? ¿existe 
      un fenómeno de patogenicidad indirecta? ¿de 
      existir, cuáles pueden ser los co-patógenos?. 
      
      A pesar de la mejoría actual en la situación, la OMS 
      reconoce la gravedad y el riesgo que entraña esta enfermedad y lo 
      impredecible de su evolución. El optimismo en cuanto al desarrollo de un 
      diagnóstico eficaz, que no se ha traducido en los resultados esperados 
      inicialmente, y la ausencia de tratamiento, obligan a ser extremadamente 
      precavidos. A las 
      dudas crecientes sobre la fiabilidad de los datos estadísticos que 
      últimamente se están difundiendo públicamente, se une el desconocimiento 
      sobre aspectos fundamentales de la enfermedad, como la identidad de los 
      reservorios del virus causal, 
      los medios de transmisión o el 
      espectro clínico.. 
      Además, carecemos de un tratamiento específico que se haya demostrado 
      eficaz o 
      de una vacuna (que además es improbable que pueda obtenerse actualmente, 
      dada la capacidad mutagénica que este virus parece tener). Todo esto, 
      sumado al hecho de que el riesgo de contagio para el personal sanitario 
      que atiende a estos pacientes es muy elevado, hace 
      que se genere una 
      fundada
      inquietud. 
      
      
      
      Enlaces: 
      
      La información disponible en el 
      Ministerio de Sanidad y Consumo y el Instituto de Salud Carlos III sobre 
      el síndrome respiratorio agudo grave es escasa, poco actualizada y 
      confusa. Sigue sin aportar información específica para el profesional 
      sanitario, si bien remite a la página de la OMS. Lo que afortunadamente sí 
      ha mejorado, desde que escribimos la crítica en estas páginas, es su 
      localización dentro del "sitio" del MSC; ahora se encuentra fácilmente (un 
      enlace dinámico en la página inicial), aunque sorprende que aún siga 
      apareciendo como "Neumonía procedente de Extremo Oriente". 
      
      
      Instituto de Salud Carlos III 
      
        - 
        
        Información de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. [HTML]  
        - 
        
        Procedimiento de toma y envío de muestras. [PDF]  
        - 
        
        Formulario de recogida de datos de casos potenciales de SRAS y de 
        petición de diagnóstico diferencial a realizar en el Centro Nacional de 
        Microbiología para un caso sospechoso de SRAS. [PDF]  
       
      
      
      Ministerio de Sanidad y Consumo 
      
        - 
        
        Información al ciudadano sobre la "neumonía procedente de extremo 
        Oriente (síndrome respiratorio agudo severo)".
        [HTML]  
        - 
        
        Notas de prensa. [HTML]  
        - 
        
Real 
        Decreto 350/2003, 
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        seguimiento del síndrome respiratorio agudo severo. [PDF]  
       
      
      Página de la OMS sobre el SRAG 
      
        - 
        
Descripción clínica preliminar del SARS. [HTML]  
        - 
        
Procedimientos diagnósticos y tratamiento de los 
        pacientes con SARS. [HTML]  
        - 
        
Áreas con transmisión local del SARS. [HTML]  
       
      
      Página de los CDC sobre el SRAG
       
      
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      (traducido al español) 1038 K] 
      Artículos REMI sobre el SRAG  
      
        - 
        
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Díaz Alersi   R. Coronavirus como posible causa del 
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        - 
        
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      Beatriz Sánchez Artola 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu. 
      Marzo-Junio 2003. 
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      Palabras clave: 
      Neumonía, Síndrome respiratorio agudo grave, Epidemiología. 
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