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      Donación
      en asistolia 
      Editorial:
      Nieves de Lucas García, Jose Ramón Núñez Peña, Francisco del Río
      Gallegos 
      Comentario: Joaquín Álvarez Rodríguez: 
      Sr. Editor: 
      He leído con interés el Editorial
      número 14 de su revista sobre la donación en asistolia; aprovechando
      la oportunidad que brinda de enviar comentarios, le hago llegar el mío. 
      En primer lugar quiero felicitar al
      nuevo equipo de Coordinación de Trasplantes del Hospital Clínico San
      Carlos de Madrid por el impresionante número de cadáveres evaluados como
      donantes a corazón parado en los últimos meses. Tras ello, me gustaría
      informar a sus lectores que el programa de donantes a corazón parado del
      Hospital Clínico es un programa antiguo, iniciado en 1989, con prestigio
      reconocido tanto en España como en el extranjero y que ha originado múltiples
      aportaciones científicas, incluidas un buen número de publicaciones en
      revistas nacionales e internacionales, que, curiosamente, no veo mencionar
      en la bibliografía de su editorial. 
      Desde las primeras publicaciones [1,
      2] siempre hemos defendido que los donantes a corazón parado son una
      buena fuente de donantes que permiten aumentar la oferta de órganos y
      disminuir las listas de espera. Incluso con el estudio y la experiencia de
      los años, nos hemos permitido aventurar cuál sería el potencial de
      donantes de órganos a corazón parado en el contexto de la donación de
      órganos en general [3]. 
      Un paso importante que dimos en 1995
      fue establecer un protocolo conjunto con los equipos de asistencia
      extrahospitalaria. Iniciado clínicamente a primeros de 1996 fue la
      principal fuente de donantes a corazón parado en el quinquenio 1996-2001
      [4, 5, 6], no olvidando nunca la fuente hospitalaria que proveía alrededor
      del 25% de los avisos. Por lo que leo en su editorial, esta última fuente
      ha quedado suspendida o descuidada. A colación de esto último, también
      creo que debe ser un descuido la falta de mención del servicio de
      Medicina Intensiva entre los participantes en el procedimiento. En ese
      servicio se originó el protocolo, sus médicos han participado siempre y,
      de hecho, reciben en la mayor parte de los casos, el aviso de los
      servicios de emergencia extrahospitalaria cuando se inicia un
      procedimiento. 
      Leo con curiosidad la explicación
      del procedimiento cuando aparece un posible donante en el medio
      extrahospitalario. Para una más completa explicación, a disposición del
      lector quedan las siguientes referencias [6, 7, 8, 9]. Es el bypass
      cardiopulmonar el método que elegimos para preservar los órganos en 1990
      [10], método que sólo utilizamos en la clínica nosotros y otro grupo
      japonés bastante menos activo. Quiero hacer notar a los autores el pequeño
      desliz cometido en las referencias bibliográficas al bypass, las
      referencias 7, 8 y 10 a las que hacen mención, nada tienen que ver con el
      bypass cardiopulmonar ni con la preservación de los órganos previa a la
      extracción, se refieren a aparatos para conservar los riñones después
      de la extracción y hasta el trasplante. 
      Probablemente una de las cosas que más
      tiempo costó fue establecer unos criterios de selección adecuados que
      permitiesen elegir los mejores donantes y en las mejores condiciones para
      obtener unos buenos resultados. Los que se citan en la editorial son los
      que hace años establecimos. Tan sólo varían los límites de edad. Nunca
      probamos con donantes infantiles por múltiples razones, pero espero que
      obtengan los mejores resultados. En cuanto al trasplante hepático que
      comentan, hasta hace un año manteníamos un protocolo, asociados a otro
      hospital de fuera de nuestra Comunidad, único en el mundo para la obtención
      y trasplante de hígados de estos donantes, protocolo que nos costó gran
      esfuerzo, en el que tuvimos que modificar algunos de los criterios de
      selección y del que estábamos obteniendo unos resultados esperanzadores
      y, repito, únicos en el mundo [11]. Lamento que hayan tenido que
      suspender este protocolo tan pionero por los malos resultados obtenidos en
      los dos trasplantes realizados con su nuevo hospital de referencia. 
      Múltiples son los trabajos que hemos
      presentado con nuestros resultados, que son los resultados del programa de
      donantes a corazón parado del Hospital Clínico [1, 2, 8, 12, 13] y lamento sólo
      ver una referencia a los mismos cuando se habla de resultados. Si bien el
      nuevo equipo de Coordinación de Trasplantes del Hospital Clínico está
      consiguiendo unos números extraordinarios en cuanto a donantes a corazón
      parado, creo que no deberían olvidar que han heredado un protocolo bien
      establecido y perfectamente engranado, con muchos años de experiencia y
      mucho reconocimiento nacional e internacional. 
      Me gustaría dos pequeños detalles más
      para terminar. Que el 65% de los trasplantes renales en el último año
      procedan de donantes a corazón parado es un dato magnífico, que se debe,
      sin duda, a un aumento de esos donantes, pero también, desgraciadamente,
      a una disminución del 38% del número de trasplantes renales procedentes
      de donantes en muerte encefálica originados en nuestro hospital,
      consecuencia de una disminución del 41% de los donantes en muerte encefálica
      en el último año en nuestro hospital. No me cabe duda y mi curriculum lo
      demuestra, que los donantes a corazón parado son una fuente excelente de
      riñones para el trasplante, pero no debe hacernos descuidar los programas
      de donantes en muerte encefálica, de los cuales se pueden, además,
      obtener más órganos. 
      Y, ya si, terminando, espero, con
      ansiedad, la publicación de los resultados de todos estos trasplantes
      realizados en el último año. 
      Atentamente, 
      Joaquín Álvarez Rodríguez 
      Ex-Coordinador de Trasplantes 
      Facultativo Especialista de Área 
      Medicina Intensiva 
      Hospital Clínico San Carlos, Madrid 
      Bibliografía: 
      
        - 
          
Arias-Díaz
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        - 
          
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        - 
          
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Álvarez J, Iglesias J, Pulido O, Maldonado L, San Juan
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          I non-heart-beating donors: Policy and results.
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Álvarez
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          C, Matesanz J, Caniego C, Elvira J. Non-heart-beating donors
          from the streets: A increasing donor pool source. Transplantation
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Gómez
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          Liver transplantation with organs from non-heart-beating donors.
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Álvarez
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          survival of kidneys transplanted from non-heart-beating donors.
          Transplant Proc 1997; 29: 3490.  
       
      Joaquín
      Álvarez Rodríguez 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu.
      Agosto 2002. 
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      Palabras clave: Donación
      en asistolia, Transplante renal, Transplante hepático, Pronóstico.
       
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