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      ¿Son
      éticos los ensayos clínicos con baja potencia estadística? 
      Las buenas prácticas clínicas
      establecidas exigen que, previamente a la realización de un ensayo clínico,
      se realice una estimación del tamaño muestral que garantice una adecuada
      potencia del estudio (es decir, una baja probabilidad de “falsos
      negativos”). Los ensayos realizados con un número insuficiente de
      pacientes carecerían de “utilidad científica” y serían por tanto inéticos,
      al exponer a los participantes a los riesgos y cargas de la investigación
      clínica, sin una adecuada contrapartida. Estos argumentos tradicionales
      han sido puestos en cuestión recientemente por diversos investigadores,
      que han llegado a pedir que los comités institucionales de ensayos clínicos
      retiren la exigencia de la documentación sobre el poder estadístico del
      estudio como criterio para su aprobación (1). En
      un artículo publicado recientemente en la revista JAMA (2),
      Halpern et al examinan estos “nuevos argumentos” y
      discuten las circunstancias en que dichos ensayos podrían estar
      justificados. 
      A pesar de las críticas que
      tradicionalmente han recibido los ensayos clínicos con insuficiente
      potencia estadística, su práctica no sólo sigue siendo generalizada,
      sino que ha ganado apoyo. Recientemente se han manejado dos argumentos
      relacionados para apoyar la realización de ensayos clínicos con poca
      potencia: 
      
        - 
          
Los meta-análisis pueden “salvar” estudios pequeños al
      proporcionar medios para combinar los resultados con los de otros estudios
      similares que permiten hacer estimaciones de la eficacia de las
          intervenciones.  
        - 
          
Aunque los estudios pequeños no proporcionan  una buena base para el contraste de hipótesis
      ("significación estadística"), sí que
      pueden proporcionar estimaciones valiosas del efecto del tratamiento
      mediante el uso de intervalos de confianza.  
       
      Para Halpern et al, estos
      argumentos son demasiado optimistas: en primer lugar, los meta-análisis
      distan mucho de ser el sustituto ideal de un ensayo con suficiente
      potencia estadística (problemas de heterogeneidad entre los distintos
      estudios incluidos en el análisis, sesgos de publicación,
      etc). En segundo lugar, un estudio con insuficiente potencia estadística
      para un contraste de hipótesis suele proporcionar intervalos de confianza
      excesivamente amplios (“ambiguos”), compatibles tanto con la hipótesis
      nula como con la existencia de un efecto importante, que no justificarían
      el someter a los pacientes a los riesgos e inconvenientes del ensayo. Por
      otro lado, los enfermos suelen participar en los ensayos con la idea de
      ayudar al avance de la ciencia médica y por ende a otros enfermos; por
      tanto, la ocultación al paciente de la limitada utilidad de los ensayos
      con escasa potencia vulneraría los principios del consentimiento
      informado, y la capacidad del paciente para decidir de forma autónoma
      sobre su participación. Se concluye que los ensayos clínicos con
      insuficiente potencia estadística sólo son éticamente aceptables en dos
      situaciones: 
      
        - 
          
En ensayos pequeños sobre intervenciones en enfermedades
      raras en los que los investigadores documentan de forma explícita planes
      para incluir sus resultados en un meta-análisis planificado de forma
          prospectiva.  
        - 
          
En ensayos en fases precoces del desarrollo de fármacos o
      instrumentos (ensayos fase 1 ó 2).  
       
      En ambos casos, los investigadores
      deben informar a los posibles participantes que su participación sólo
      puede contribuir de forma indirecta a la valoración de los beneficios en
      los tratamientos. 
      Los autores advierten sobre el riesgo de
      trivializar el problema de los ensayos clínicos pequeños, a través de
      dos argumentos esenciales: (1) en ausencia de planes explícitos para
      futuros estudios definitivos, los ensayos con escasa potencia desplazan el
      cálculo del riesgo-beneficio en una dirección desfavorable para el
      paciente; (2) el respeto a la autonomía del paciente exige que se informe
      al paciente sobre la limitada utilidad de dichos estudios. En el cincuenta
      aniversario del ensayo clínico de Bradford-Hill, la controversia sobre la
      ética de los ensayos clínicos sigue viva. 
      Bibliografía: 
      
        - 
          
Edwards
          SJL, Lileford RJ, Braunholtz D, Jackson J. Why “underpowered”
          trials are not necessarily unethical. Lancet 1997; 350: 804-807.  
        - 
          
Halpern
      SD, Karlawish JHT, Berlin JA. The Continuing Unethical Conduct of
      Underpowered Clinical Trials. JAMA 2002; 288: 358-362. 
          [Resumen
          Medline] [Artículos
          relacionados Medline]  
       
      Jaime Latour Pérez 
      Hospital General de Elche 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu.
      Agosto 2002. 
      Palabras clave: Ensayos
      clínicos, Tamaño muestral, Potencia estadística, Bioética.
       
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