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      A ambos lados de la puerta 
      "Tratar y cuidar como nos gustaría que nos
      trataran y cuidaran a nosotros mismos". Creo que esa es la clave
      fundamental para poder prestar una atención de "calidad" a los
      pacientes ingresados en nuestras unidades y a sus familiares.
      "Calidad" en la mejor acepción de la palabra y en todos los
      sentidos: científico-técnica, satisfacción, optimización de recursos,
      etc... 
      El comentario de Gloria es una realidad para ella
      (desgraciadamente) en estos momentos, que se hace habitual para cualquier
      otro familiar independientemente de su relación con el sistema sanitario
      (1-3). 
      Comparto con ella muchas de las apreciaciones que
      realiza acerca de la indiferencia con que habitualmente se tratan las
      necesidades de los familiares de pacientes ingresados en UCI. Tras largo
      tiempo de revisión de abundante bibliografía al respecto (escasa en
      nuestro medio), con motivo de un trabajo de investigación que
      desarrollamos en nuestra unidad, sorprende observar la diferencia entre la
      práctica habitual y las recomendaciones surgidas de los estudios
      realizados sobre el asunto (4-5). 
      Existen muchos mitos sobre los que se sustentan
      creencias muy arraigadas sobre el supuesto efecto negativo de la presencia
      de los familiares en las unidades (6-9). Creencias basadas en la
      tradición y no en la ciencia, que determinan una práctica desligada de
      las recomendaciones científicas disponibles (10). Tras una concepción
      biomédica centrada exclusivamente en la patología, tratamiento y
      resultados, se oculta una falta de atención integral a la persona
      menospreciando el valor de cualquier aspecto no fisiológico. 
      Amparados por un sistema de visitas restrictivas y por un ambiente de gran
      tecnicismo nos hacemos impermeables a las necesidades de los propios
      pacientes, sus familiares y a cualquier recomendación científica de
      incluir a los familiares en los planes de cuidados y prestarles la atención
      que demandan. 
      Cuando un paciente ingresa en una UCI, se desvincula
      por completo de su entorno, su ambiente. Se fragmenta su integridad social
      y la de su familia. 
      Nos planteamos si los familiares son competentes para
      tomar decisiones relativas a los pacientes por los niveles de ansiedad que
      padecen (11).  No nos planteamos sin embargo si ese estrés y esa
      ansiedad no son la consecuencia de una falta de atención adecuada de sus
      necesidades. Tampoco nos planteamos si somos nosotros competentes,
      independientemente del nivel de ansiedad particular de cada cual, de las
      diferencias culturales con esos familiares, de la distinta concepción de
      la vida que podamos tener, del estrés de las situaciones de emergencia,
      del burnout... A los médicos les corresponde tomar decisiones médicas,
      sin duda. A enfermería proporcionar cuidados. Pero, ¿deben ser decisiones
      exclusivamente médicas limitar el esfuerzo terapéutico, el acceso a un
      ser querido?...¿? 
      La bibliografía disponible pone de manifiesto la
      importancia de un abordaje multidisciplinar de las necesidades de los
      familiares de pacientes críticos y el importante papel de las enfermeras
      en este aspecto por su continua permanencia en la unidad. Igualmente se
      aprecia una gran variabilidad dependiente no solo del centro en cuestión
      sino también del profesional concreto de que se trate (4,12). 
      La AACN (asociación americana de enfermeras de
      cuidados intensivos) publicó una guía de referencia para el trato a
      la familia  titulada “Family
      Visitation & Partnership in the Critical Care Unit” (13), que revisa
      los resultados de numerosas investigaciones y las maneras en que se
      integran en la práctica clínica. Esta guía se basa en la mejor
      evidencia disponible para realizar una serie de recomendaciones y propone
      soluciones potenciales a los problemas posibles. 
      Se recomienda un cambio progresivo hacia una política
      de visitas más flexible cuyo objetivo sea la tendencia a la
      individualización considerando las preferencias del paciente y de la
      familia. 
      El cambio no debe ser únicamente de política sino
      también de cultura. Las políticas de visitas deben convertirse en guías
      de practica clínica de atención a los familiares incorporando sus
      necesidades en los planes de cuidados. 
      Recientemente Henneman (14) recopila una serie de
      sugerencias para facilitar lo que denominan "Family-Centered Critical
      Care".  Diez pasos para tomar conciencia y aplicar en la práctica
      las recomendaciones de soporte familiar que minimizarían esa ansiedad
      descrita por otros autores y desatendida por la mayoría de nosotros. 
      Plantearse mejoras en la atención a los familiares
      asusta.  Equivocadamente se relaciona esta mejora con pérdida de
      poder, con una completa liberalización de las visitas y con un abandono
      del status actual. Cuando se pregunta a los familiares directamente,
      perciben como algo importante las limitaciones en las visitas en UCI
      proporcionando tiempo y condiciones adecuadas para proporcionar los
      mejores cuidados posibles.  Demandan más y mejor información,
      garantías de seguridad, proximidad, accesibilidad en un ambiente hostil. 
      Demandan algo que no debe ser un privilegio; es un derecho. 
      Para los profesionales que desarrollamos nuestra labor
      en cuidados intensivos debe ser una obligación partiendo de una concepción
      holística de la persona (15). El hecho de planificar esta atención
      constituiría en sí mismo una mejora para los profesionales, pacientes y
      familiares disminuyendo la aparición de conflictos, dando entrada en
      nuestros sistemas a las capacidades del individuo y su familia dejando de
      ser meros espectadores de las actuaciones que sobre ellos se realizan. 
      Todo un reto que no deberíamos esperar a descubrir
      después de una experiencia personal negativa. 
      Bibliografía: 
      
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      José Manuel Velasco Bueno 
      DUE, UCI Hospital Costa del Sol 
      Marbella, Málaga. 
      http://www.terra.es/personal3/josevb/ 
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