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      Sobre las alternativas a la punción arterial para la obtención de 
      gasometrías arteriales 
      
        - Lea también el artículo: Correlación entre gases arteriales y 
        venosos en el EPOC agudizado. Jose Manuel Velasco Bueno. [REMI 
        2003; 3 (4): 585]
 
       
      El trabajo publicado por García Alarcón y cols. incide 
      sobre un viejo problema. Para evaluar la situación gasométrica de los 
      pacientes en insuficiencia respiratoria (aguda o crónica reagudizada) ¿es 
      siempre necesario realizar una punción arterial para la obtención de 
      muestras que permita el análisis del intercambio gaseoso y, a través de 
      él, de la función pulmonar? 
      La respuesta es, probablemente, no. Existen 
      alternativas que van desde la utilización de sangre venosa, como en el 
      artículo que nos presentan los autores [1], y que pretende evitar el hecho 
      de la punción propiamente dicha (confort para el paciente, riesgo de la 
      técnica, …),  a la utilización de muestras de sangre alternativas para 
      establecer  más adecuadamente la función de intercambio gaseoso (shunt). 
      Este sería el caso de las muestras de aurícula derecha como opción ante la 
      obtención de muestras de sangre procedentes de un  catéter de arteria 
      pulmonar [2]. 
      Sin embargo, más que buscar alternativas a la 
      monitorización cruenta, parece que es mucho más prometedora, menos lesiva 
      desde luego, menos asociada a efectos secundarios e igual de fiable, la 
      utilización de métodos incruentos, tales como la pulsioxímetría y la 
      capnografía. Hoy en día sabemos que la concordancia entre la 
      pulsioxímetría y la medida de la saturación de oxígeno (cooximetría) o su 
      cálculo (gasometría convencional) es lo suficientemente fiable  [3] como 
      para que el control de los pacientes en situación de hipoxemia 
      relativamente estable (estabilidad hemodinámica y clínica) no precise de 
      la obtención de muestras arteriales, ni siquiera en situación de infusión 
      de vasopresores [3]. 
      Lamentablemente, la fiabilidad de la capnografía como 
      medio de estimación de la pCO2 arterial a través de la medida del 
      contenido de la CO2 del aire espirado, no posee igual fiabilidad. La 
      mezcla con el aire ambiente, o la exigencia de que el paciente no hable o 
      mantenga un movimiento de entrada y salida de aire simultaneo por nariz y 
      boca, unido a la influencia de los cambios hemodinámicos pulmonares, hace 
      que el recurso de la medida incruenta de la CO2 espirada (en pacientes no 
      intubados) no posea la misma utilidad que la medida de la saturación 
      transcutánea de oxígeno. Y aquí si que establecer la fiabilidad de las 
      medidas de CO2 venoso periférico como alternativa a la punción arterial es 
      de la mayor importancia. 
      Pero la clave del problema sigue siendo el motivo por 
      el cual se obtiene la muestra y se realiza el análisis. Es bien conocido 
      que disponer de la posibilidad lleva a sobreutilizar la prestación. En un 
      estudio publicado en 1988, Rotger y cols. [4] establecieron que el 
      porcentaje de cambios terapéuticos condicionados por la obtención de 
      muestras gasométricas (ya por punción, ya por catéter arterial) se cifraba 
      alrededor del 55 % de las determinaciones. 
      Decían los autores entonces que se estimaba que el 25 % 
      de los costes de asistencia a los pacientes críticos, excluyendo los 
      costes de personal, cabía atribuirlos a la analítica y las pruebas 
      complementarias y que una juiciosa política de contención de costes exigía 
      controlar el gasto superfluo de determinaciones analíticas que no 
      conduzcan a mayor beneficio que la tranquilidad del equipo asistencial y 
      constatar la estabilidad de la situación clínica del paciente. 
      Ante esta actitud encaminada más a tranquilizar al 
      médico que a subvenir las necesidades asistenciales del paciente, la 
      alternativa a las técnicas cruentas (de coste más o menos elevado) debe de 
      ser aprovechar al máximo la posibilidad de las técnicas incruentas, de 
      menor coste global y con menor tasa de complicaciones. 
      La obtención de gasometrías a partir de sangre venosa 
      es una posibilidad, pero sin duda existen otras igualmente eficaces, y aún 
      menos invasivas. 
      Referencias: 
      
        - 
        
García J, Valor MA, Corzo JL, Rodríguez A, Hernández 
        B, Martín M. 
        Gasometría venosa frente a gasometría arterial en pacientes con un 
        patrón respiratorio ineficaz relacionado con la insuficiencia 
        respiratoria crónica reagudizada. Enfermería Clínica 2003, 13: 73-80. 
        Texto completo: [HTML] 
        [PDF]  
        - 
        
Abizanda R, Ibáñez J, Fiol M, Abadal JM, García Moris 
        S. La sangre venosa central y su papel en la monitorización de la 
        insuficiencia respiratoria. Medicina Intensiva 1978, 2: 166-170.  
        - 
        
Berenguer A, Bisbal E, Reig R, Mas S, Carregui R, 
        Abizanda R. Relación entre la pulsioximetría y la determinación de la saturación arterial de oxígeno. 
        Influencia de los fármacos vasoactivos presores sobre la correlación Sat 
        tc O2-Sat O2. Medicina Intensiva 2001, 25: 333-339. Texto completo: [HTML] [PDF]  
        - 
        
Rotger A, Jordà R, Valle FX, Abizanda R. Analítica de rutina 
        en una Unidad de Cuidados Intensivos. Rendimiento utilitario y 
        contención de costos. Medicina Intensiva 1989, 13: 45-47.  
       
      Ricardo Abizanda Campos 
      ©REMI, 
      
      http://remi.uninet.edu. 
      Abril 2003. 
      Palabras clave: 
      Gasometría arterial, Pulsioximetría, Capnografía. 
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