| 
        
      Carta abierta a los intensivistas españoles 
      Comentarios recibidos (16) 
      Con el 
      presente escrito queremos expresar nuestra profunda preocupación por el 
      futuro de la especialidad de Medicina Intensiva y del lugar que, en los 
      hospitales, vamos a tener los actuales especialistas en Medicina Intensiva 
      y los que se están actualmente formando. También pretendemos llamar a la 
      reflexión colectiva e instar a todos, encabezados y representados por 
      nuestra Sociedad Científica Nacional (SEMICYUC) a abandonar de una vez 
      nuestra actitud de pasividad, y de mirar hacia otro lado, mientras otros 
      especialistas suplantan nuestra actividad, diezman nuestra cartera de 
      servicios, y reducen nuestra presencia en los hospitales. 
      Es un hecho que la Medicina Intensiva juega 
      un papel cada vez mayor en los hospitales, cada vez hay más áreas de 
      críticos, pero no son los intensivistas quienes atienden esas áreas. Los 
      problemas de conflicto de competencias (o como pensamos algunos, de 
      intrusismo) con otras especialidades progresan cada año, a diferentes 
      ritmos según las distintas comunidades e incluso los distintos hospitales 
      de la misma comunidad, pero siempre progresan. Hemos tenido problemas y 
      mala relación con Cardiología, pero el problema se centra fundamentalmente 
      con los Servicios de Anestesia. 
      Los anestesistas crean sus propias UCIs 
      quirúrgicas, y simplemente se quedan con los pacientes críticos que pasan 
      por quirófano. No hay discusión ni negociación posible, ni siquiera 
      notificación previa, solo los hechos consumados. Nos quitan gran parte de 
      nuestra cartera de servicios, incluyendo no solo postoperatorios de alto 
      riesgo, incluida la cirugía cardiaca o los transplantes, sino incluso los 
      pacientes politraumatizados. El que este hecho ocurra cada vez en más 
      hospitales (y que no se engañe nadie, se extenderá progresivamente a la 
      práctica totalidad) no es, como todos sabemos, fruto de la casualidad, 
      sino de una política institucional perfectamente planeada por la Sociedad 
      Española de Anestesia (SEDAR), para lo que creó su Sección de Críticos. 
      La SEDAR hace tiempo que no oculta su 
      intención de asumir el cuidado del paciente crítico que precise pasar por 
      el quirófano, y lo está llevando a cabo sin oposición alguna. Afirman 
      tener la capacitación “legal” para atender enfermos críticos médicos y 
      quirúrgicos, a la vez que reconocen implícitamente su insuficiente 
      formación al solicitar un año más de MIR para dedicarse a este campo. 
      Cuestionan el modelo español de Medicina Intensiva, deciden, sin contar 
      con nosotros, liderar un cambio en el acceso a la especialidad, abogan por 
      nuestra desaparición como especialidad primaria, desprecian nuestro 
      trabajo y nuestra historia y no se cortan en llamarnos “el problema 
      español”, aludiendo a la cuestión de la adaptación con la UE. 
      También hemos tenido, aunque en menor 
      medida, polémicas con los Servicios de Urgencias hospitalarios, que 
      pretenden una especialización con un elevado solapamiento con la nuestra. 
      De los muchos pacientes que acuden a las Urgencias diariamente, unos pocos 
      son enfermos críticos, lo que no impide que todos quieran dedicarles su 
      atención, pasando a veces muchas horas en urgencias antes de finalizar, si 
      es que lo hacen, en la UCI. De nuevo aquí es una Sociedad Científica, la 
      SEMES, la que preconiza los cambios y defiende los objetivos de sus 
      asociados en el reconocimiento de la especialidad, sin importarles si para 
      ello (justificar su necesidad) haya que olvidar intencionadamente nuestra 
      existencia y el trabajo que hasta ahora hemos realizado, y seguimos 
      realizando en muchos casos, en las áreas de urgencias, atendiendo de modo 
      precoz a los pacientes críticos. 
      El ninguneo llega al 
      extremo cuando en algunas Comunidades Autónomas nuestra especialidad no 
      cuenta más que otras como Medicina de Familia, Traumatología, o 
      Cardiología  para acceder a un puesto de médico del servicio especial 112. 
      Parece que todo el mundo quiere ignorar nuestra formación específica en 
      este campo. 
      Desde el punto de vista formativo y tras 
      años de Plan nacional de RCP, nos enteramos por la prensa de la aparición 
      “por primera vez en España” de Instructores de SVA de la mano de la SEMES-AHA. 
      Algunas comunidades como la nuestra de Castilla y León, pretenden incluso 
      no dar validez a nuestra capacitación como instructores de RCP por el Plan 
      Nacional y el ERC, normatizando que los cursos de RCP que ellos financien, 
      solo serán impartidos por instructores SEMES-AHA. 
      Todos quieren, y al parecer van 
      consiguiendo, realizar las labores que anteriormente teníamos 
      encomendadas, y esto probablemente va a aumentar: Unidades de Ictus, de 
      sangrantes, y ¿porqué no de EPOC agudizado?. 
      A nivel social, somos los grandes 
      desconocidos. Al ver las noticias nadie diría que aún atendemos a un 
      porcentaje muy considerable de pacientes cardiológicos agudos, pues para 
      hablar de la enfermedad coronaria, siempre sale la Sociedad de Cardiología 
      (SEC). Esta ausencia en la opinión, es aún más llamativa, teniendo en 
      cuenta que todavía llevamos la mayor parte de las víctimas de una de las 
      plagas más importantes en nuestra sociedad, como es la enfermedad 
      traumática. 
      En resumen, la situación es muy pesimista. 
      Nos encontramos con hechos consumados, y nuestra capacidad individual para 
      modificarlos es escasa. Como servicio central, no tenemos pacientes 
      propios y debemos esperar a que nos llamen y nos los envíen. Si esto no 
      ocurre o por el contrario solo nos llaman para pacientes moribundos o con 
      escasa viabilidad, que naturalmente solemos rechazar, nuestras unidades 
      quedarán semivacías y se reducirán los espacios y los recursos tanto 
      materiales como humanos para nuestros servicios, mientras se amplían otras 
      áreas “críticas” no dependientes del Servicio de Medicina Intensiva. 
      Alguien dijo una vez en una Junta de 
      Presidentes Autonómicos de la SEMICYUC, hablando de estos temas, que lo 
      que hay que ofrecer al Gerente es calidad. Sin embargo, todos sabemos que 
      lo que ocurre no obedece a criterios de calidad y de eficiencia. Los 
      gestores de los hospitales, al financiar estas nuevas 
      unidades, consumidoras de recursos materiales y humanos no lo hacen por 
      nuestra deficiente calidad técnica, ni para cubrir necesidades nuevas, no 
      cubiertas por nosotros, ni  porque sea más eficiente (todo lo contrario), 
      sino cediendo a las presiones de servicios más potentes, que amenazan real 
      o veladamente con su no colaboración en temas tan delicados como las 
      listas de espera. Ya saben que desde el punto de vista de la Gestión, 
      estos cambios son injustificables. Y de la calidad ¿nadie habla?. 
      Ante esta situación ¿qué hacemos?. 
      Abordamos este tema anualmente en los Congresos, de manera muy superficial 
      en la Asamblea, y sobretodo a nivel personal en los pasillos. Nos 
      lamentamos, analizamos las causas, nos indignamos, pero hasta ahora nada 
      se ha hecho en concreto, al menos que haya tenido algún efecto positivo. 
      Los servicios que aún no han tenido problemas, piensan que no les ocurrirá 
      nunca y les importa menos el tema. La solidaridad brilla por su ausencia e 
      incluso se critica a tal o cual jefe de servicio porque no supo 
      defenderse, mientras se le dedican expresiones como: ¿pero cómo os habéis 
      dejado quitar...?. Mientras tanto seguimos formando más de 100 
      especialistas anuales. 
      Nuestra Sociedad seguirá teniendo dentro de 
      unos años secciones como postoperatorio de cirugía cardiaca, transplantes, 
      politraumas, coronarios...?. 
      La iniciativa de realizar un Plan 
      Estratégico (PE) ha sido correcta y es de agradecer el esfuerzo realizado 
      por sus autores; en él se recogen muchas de las consideraciones aquí 
      expuestas. Sin embargo, el planteamiento de actuación adolece una vez más 
      de nuestro punto, a nuestro entender, más débil. No han sido criterios de 
      calidad y eficiencia los que nos han llevado a esta situación, sino el 
      afán de expansión y la capacidad de presión de otras especialidades, por 
      lo que no parece práctico ofrecer calidad y eficiencia. Lo mismo pasa con 
      el ofrecimiento de una mayor cartera de servicios, cuando nos quitan la 
      que tenemos, o de ofrecer mayor actividad fuera de la UCI (out-door), 
      cuando la pretensión de urgencias o de los servicios extrahospitalarios es 
      la de “independizarse” lo más posible de nosotros, para lo que procuran 
      llamarnos lo más tarde posible. No podemos compartir el optimismo de las 
      consideraciones finales del documento sobre el Plan Estratégico. Así deben 
      pensar también las nuevas generaciones de médicos residentes, que a la 
      hora de elegir, dejan las plazas de Medicina Intensiva para números cada 
      vez más altos, tal como está pasando en la actual convocatoria. 
      Creemos sinceramente que la SEMICYUC debe 
      tomar una actitud mucho más activa que la tomada hasta ahora, y se lo 
      pedimos expresamente a la nueva Junta Directiva, que saldrá del próximo 
      congreso en Salamanca. Hay que enfrentar el problema urgentemente, y con 
      carácter prioritario. No se puede seguir esperando, como si nada 
      ocurriese, viendo como nuestra especialidad se descapitaliza, y mucho 
      menos haciendo pactos de no agresión, que solo cumplimos nosotros. No 
      podemos continuar sin dar respuesta a las políticas agresivas de las otras 
      especialidades. EL TIEMPO CORRE SIEMPRE EN CONTRA NUESTRA. 
      Demetrio Carriedo Ule. 
      Servicio de Medicina Intensiva, Hospital de León. 
      (*) Médicos Intensivistas de la Sociedad Castellano-Leonesa de Medicina 
      Intensiva, Crítica y de Unidades Coronarias 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu. Mayo 
      2003. 
      Comentarios recibidos (16) 
      
      Volver al principio de esta página 
      Envía tu comentario para su
      publicación 
       |