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      Bajas gaseadas accidentalmente en Moscú: una perspectiva sanitaria 
      toxicológica 
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      Artículo original: Wax PM, Becker CE, Curry SC. 
      Unexpected "gas" casualties in Moscow: A medical toxicology perspective. 
      Ann Emerg Med 2003; 41: 700-705. 
      Introducción: El asalto realizado en Moscú para 
      liberar a los rehenes de los terroristas chechenos ocasionó bajas entre 
      los primeros, debido a la utilización de un tipo de gas anestésico que 
      demostró efectos incontrolados. 
      Resumen: En octubre de 2002 las fuerzas 
      especiales rusas utilizaron un tipo de gas paralizante para liberar a los 
      rehenes retenidos en el Teatro Dubroyka de Moscú. En esta época de 
      atentados terroristas, el elemento sorpresa en el rescate es una 
      herramienta fundamental. Los servicios sanitarios esperaban recibir 
      víctimas por heridas de bala, no intoxicados. Fueron alertados horas antes 
      para incrementar sus reservas de naloxona, pero no se encontraban 
      preparados para recibir un número de bajas masivo intoxicadas por 
      opiáceos. Se introdujo algún tipo de gas no filiado 15 minutos antes del 
      asalto al teatro. Los médicos de los distintos hospitales emplearon las 
      primeras horas de atención probando distintos antídotos para combatir el 
      agente desconocido. La sintomatología inicial era acorde a la hipótesis de 
      opiáceos: pupilas puntiformes, inconsciencia y depresión respiratoria. La 
      naloxona resultó efectiva en la mayoría de los casos tratados. El Ministro 
      de Sanidad ruso anunció cuatro días después que se había utilizado un 
      derivado del fentanilo. Hubo 127 bajas entre los 800 rehenes (16 %) y más 
      de 650 supervivientes requirieron hospitalización. Análisis posteriores 
      realizados en Alemania demostraron restos de fentanilo utilizado 
      conjuntamente con un agente anestésico inhalatorio como el halotano. El 
      uso del fentanilo aerosolizado difiere considerablemente en su 
      comportamiento del de un auténtico gas, y es difícilmente controlable 
      debido a su alta liposolubilidad y su alto volumen de distribución. Otra 
      hipótesis fue el uso de otro agente como el Carfentanilo. 
      Comentario: Desgraciadamente la situación 
      internacional actual, en lo que a ataques terroristas se refiere, nos 
      obliga a estar preparados para atender víctimas de agentes tóxicos que son 
      inclusive desconocidos. El arsenal terapéutico de nuestros hospitales nos 
      debe permitir aplicar terapéuticas en un principio empíricas (guiadas por 
      la clínica), ante cuadros patológicos cuando menos altamente infrecuentes. 
      Hoy en día los Servicios de Emergencia Extrahospitalarios reciben 
      entrenamiento, equipos y procedimientos para la asistencia a víctimas de 
      patologías a las que no estamos acostumbrados (SARG), y que además de 
      aislamiento requieren medidas preventivas de contaminación por parte de 
      estos equipos. El papel de la asistencia hospitalaria y por ende el de los 
      Servicios de Medicina Intensiva en estos casos es fundamental y por tanto 
      una responsabilidad que no debemos obviar. 
      Alberto Hernández Abadía 
      ©REMI, http://remi.uninet.edu. Julio 
      2003. 
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      Palabras clave: 
      Gases tóxicos, Fentanilo inhalado, Naloxona.  
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